Revolución de la riqueza VIII: «Los otros» (c)

4:52 Posted by Perro Senil.


Incomodisimo.com China, India, Ecuador, Brasil, África Central

Artículo de 2 ½ páginas de extensión.

Para quebrar el espinazo de la pobreza hay que realizar cambios a escala aldeana. Solo podemos evitar que la gente huya del campo cuando se elimine la diferencia de productividad. También hará falta mayor claridad de objetivos. El objetivo es hacer avanzar a todos, elevar las condiciones de vida, que los bebes estén alimentados, el agua sea potable y se logren los objetivos educativos. Se necesita una estrategia de transformación de las áreas rurales, con la aparición de centros de actividad empresarial avanzada que dependan del poder de la inteligencia (Toffler, 2007: 413, 414).

Hay que evitar la contaminación de las cosechas por los transgénicos, pero otros productos de la biotecnología sin riesgo para el medio ambiente deben ayudar a romper el núcleo de la pobreza. El estudio de la genética y otras variables pueden aumentar el contenido nutritivo de una cosecha. Pueden reducir la necesidad de fertilizantes, sistemas de irrigación y pesticidas. Pueden aumentar la producción por hectárea. Y pueden rebajar los costes e incrementar el valor del producto (íd. 414).

La India tiene su Departamento de Biotecnología, China está desarrollando la mayor capacidad biotecnológicas industrial fuera de los Estados Unidos. La India ha ampliado las investigaciones a las patatas, tomates, berza, mandioca y papaya, sólo los comercialmente más rentables habían sido sometidos a estos laboratorios –soja, colza, maíz y algodón-. Se busca alimentos con propiedades para combatir las enfermedades, alimentos portadores de vacunas, tomates que puedan proteger contra la diarrea, maíz que combata la fibrosis quística, frutas y verduras vitaminadas, alimentos con alto valor añadido para mejorar el rendimiento personal. El objetivo es formar «farmacultores» que podrán personalizar sus productos para atender mercados especializados, productos de alto valor añadido (íd. 416, 417).

La finalidad es que los terrenos agrícolas tengan el mismo significado que los campos petrolíferos (!!!). Una economía basada en la biología, en la que los genes sustituirán al petróleo como fuente principal de muchas materias primas y productos, además, de ser una fuente de energía. Toneladas de residuos de hojas, tallos y otras partes de las plantas no sean desperdiciadas. Esa biomasa se puede convertir en productos químicos, electricidad, lubricantes, plásticos, adhesivos y combustible (íd. 417).

El campo se puede salpicar de pequeñas «biorrefinerías», que convertirían la biomasa de residuos en alimentos, piensos, fibras, bioplásticos y otros productos. La materia prima básica serían genes, y estos, a diferencia del petróleo se encuentran en todo el mundo. De ahí, el pronóstico de un gran desplazamiento geopolítico del poder desde los desérticos países petroleros hacia las regiones tropicales, muy ricas en biodiversidad. Ecuador sería más importante que Arabia Saudí. Ecuador tiene mucha biodiversidad y, por ende, diversidad de genes de valor potencial para el mundo ¿Qué significa para Brasil o África central? (íd. 418).

Existen materiales compuestos que se producen a partir de plantas que son más fuertes que el acero y el Kevlar. Los países podrían  tener acceso a materiales avanzados creados a partir de sus propias plantas. Estas «biorrefinerías» significarían empleo no agrícola lo cual podría ayudar a detener la creciente urbanización (ídem)  e incluso revertir el proceso.

Hay ayuda desde siete mil quinientos kilómetros en el espacio. Nos acercamos al momento en que un receptor de GPS en una aldea reciba información de satélites acerca de las necesidades  de cada parcela y cada planta en agua, abonos y otros requerimientos en su uso exacto, lo que impedirá el despilfarro. Puede reducir a la mitad el empleo de los recursos hídricos en la agricultura, puede ser muy bueno para el medio ambiente la «agricultura de precisión», puede cambiar de un modo drástico a la forma de producir, la estrategia de «talla única» de las empresas agrícolas puede ser superada, lo mismo las perjudiciales monocosechas y monocultivos de la agricultura tipo industrial. Asistimos a un movimiento en sentido opuesto. Al surgimiento de un mercado de alimentos personalizados y saludables. Al logro de cosechas más variadas donde se incorporen productos que no eran comercializados. En la actualidad estos mercados son caros, pero los costes caerán en picado (íd. 419, 420).

Con los ordenadores en las aldeas surge la red del agrónomo inteligente que dispone de millones de sitios específicos de agricultura según cultivo, región, clima, ecología, química, biología y otros temas. Serán cerebros puestos en contacto mutuo para abrir las aldeas al conocimiento del exterior. Internet y celulares serán una parte fundamental de la agricultura del mañana como lo fueron el azadón y la pala a lo largo de la historia (íd. 420/423).

La tecnología de sensores está emergiendo, estos pueden indicar cuándo regar el cultivo, pueden informar sobre la temperatura, humedad y otras variables. Además tenemos los nanoinstrumentos, el magnetismo, la tecnología inalámbrica, todas combinadas son una poderosa fuerza escrutadora de la actividad biológica a nivel celular. Lo que proponemos es un ataque frontal contra la pobreza rural, algo más complejo y de largo alcance. Hay que garantizar que en la intervención de este mundo la ciencia y la tecnología reciban la preeminencia que necesitan para tratar una gama de problemas globales cada vez más urgentes (íd. 423/426) por encima de aquellos intereses que hoy predominan.

La educación rural ha de responder a un concepto totalmente nuevo, hay que personalizar la educación, según las distintas culturas y necesidades de grupos pequeños e incluso de personas concretas. Los sistemas educativos estilo fábrica, estandarizadores, homogenizadores y uniformizadores utilizado para una educación de masas, diseñada para la era industrial no satisface la nueva sociedad del conocimiento (íd. 427).

La energía solar, la eólica, las pequeñas plantas hidroeléctricas, la obtención de energía de la biomasa, el traslado de la fuente de energía a los recursos renovables no sólo ayudan al medio rural a salir de la escases de la energía, sino que impide que se sume a la contaminación y cambio climático del planeta (íd. 428).

Existe la posibilidad del surgimiento de una «hiperagricultura», su aparición no sólo puede transformar la vida rural, sino reducir las peligrosa y creciente urbanización planetaria. Puede abrir la mente a nuevas posibilidades y cambios que sean un rayo de esperanza. La nueva revolución puede redistribuir la riqueza y el bienestar a escala global (íd. 429, 430).

Los otros -los del campo depauperado- deben atender el resplandor de este relámpago que estalla en su vacío cielo nocturno, este muestra el camino del mañana.
 

Alvin y Heidi Toffler. La Revolución de la riqueza. Editorial Random/Mondadori DEBATE, Caracas. Edición 2007. Páginas: 651. 
Adquirido en el Mesón de Ofertas de la Librería Europa, Maracaibo, Venezuela. Bs. 25.
Recomienda a tus amistades
incomodisimo.com
El Blog de lectura breve de libros extensos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

INSTRUCCIONES:
1.- Escriba en el recuadro su comentario.
2.- En "Comentar Como" seleccione Anonimo si no tiene cuenta de correo electronico de las opciones allí ofrecidas.
3.- Siga las demás instrucciones.