Revolución de la riqueza I: La colisión (b)
b) La riqueza del conocimiento: base de una nueva civilización
Los Toffler establecen una
premisa inquietante, hablan del surgimiento histórico de una riqueza que es
revolucionaria, la cual jugará un papel cada vez determinante en el proceso
histórico en marcha. Para los efectos de reconocer su poder transformador, van
demostrando estos autores cómo se manifiesta en la actual sociedad y cómo se
vincula al hecho económico. Muestran también, los cambios que va suscitando y
hasta dónde puede llegar a crear una realidad completamente nueva. E indican
que estas innovaciones no se limitan a aparecer en la región geográfica
conformada por los países dominantes, sino que ya tiene una fuerte expresión de éstas en
la parte del planeta que estaba desfavorecida, lo que deja entrever que la
nueva riqueza puede revolucionar al planeta entero. Otras interrogantes que nos
asaltan cuando dialogamos con este libro, entonces, son:
¿Por qué son importantes los sistemas de riqueza? R: (1) ¿Qué
cambios geopolíticos puede traer la riqueza que está emergiendo y a quiénes
amenaza? R: (2) ¿Cuáles son los tres papeles que está jugando el trabajo
cualitativamente superior en las sociedades donde se desarrolla con ímpetu? R:
(3) (4) ¿Cuáles son las tres cosas que drásticamente afectan una verdadera
revolución y cuáles serían su resultados más relevantes? R: (5) (6) ¿La riqueza
revolucionaria (!!) es solo una prerrogativa de los países desarrollados? R: (7)
Alvin y Heidi Toffler, autores del libro: Revolución de la riqueza.
Heidi y Alvin Toffler dicen
acerca de estos neurálgicos asuntos:
1. Los sistemas de riqueza
nuevos, en la historia de la humanidad, han traído consigo siempre una nueva
forma de vida, una civilización, nuevas estructuras de gestión productiva,
nuevos formatos para las unidades mínimas de la vida social, nueva cultura y
paradigmas estéticos y éticos que renuevan el concepto de libertad. Todo ello
interactúa, en el nuevo sistema de riqueza emergente y lo moldea (Toffler,
2007: 30). Las personas y la sociedad quedan ante un nuevo Modo de Vida o una
nueva forma de ser. Con la riqueza revolucionaria la valoración del trabajo que
no se remunera puede alterar lo que verdaderamente es el ser humano y con ello
trastocar la sociedad misma.
2. Esta revolución que se avecina hace emerger
o decaer, con su impacto, a naciones y regiones enteras del planeta (ídem).
Amenaza a viejos y enquistados intereses políticos y económicos en todo el
mundo (íd. 31).
3. En 1956 los empleados y
funcionarios superaron en número a los trabajadores en Estados Unidos. Este
viraje radical en la composición de la fuerza de trabajo fue, probablemente, el
punto de partida de la transición de una economía industrial, basada en la mano
de obra, a otra basada en el conocimiento o el trabajo de la inteligencia.
El sistema de riqueza basado en el
conocimiento es la «nueva economía». En 1962 la producción de conocimiento en
Estados Unidos crecía más de prisa que el producto interior bruto (íd. 31 y
32).
4. La fuerza de trabajo muscular
que desempeñaba la mayoría de los empleos está disminuyendo su importancia,
ahora se intensifica la necesidad de inteligencia creativa. Hoy se presta más
atención al trabajo de los científicos, esta tendencia no pasará porque en
algún momento la «nueva economía» sufra un percance, como el que ocurrió con la
crisis de las “empresas.com” entre 1997 y 2001 (íd. 32 y 33).
5. Las verdadera revoluciones remplazan
instituciones y destruyen y reorganizan la «estructura de rol» de la sociedad.
En la actualidad, los roles tradicionales están cambiando, no solo se
cuestionan las tareas y las funciones de las personas, sino las expectativas
sociales que acarrean. Las revoluciones también destruyen límites. Y tal vez al
destruirlos eliminen establecimientos que los provocaban. El «quien trabaja
para quien» se vuelve menos claro. En sentido estricto, quizá en el horizonte ni
siquiera haya en absoluto “empleados” (íd. 33, 34).
6. También se erosionan las
fronteras académicas, el trabajo en el campus se está volviendo «transdisciplinar».
En la cultura y las artes la variedad de géneros se desvanece en la «fusión» y
la «hibridación, hay «mezclas» y «collages». Las fronteras que encasillan en
categorías son echadas abajo por todas partes o están siendo forzadas. No todos
los roles y derechos sobrevivirán a medida que el bombardeo de cambios
económicos, sociales y tecnológicos se intensifique. El mundo se está transformando
radical e irreversiblemente (id. 34 y 35). Todos estos cambios van más allá de
lo que es una revolución.
7. La infraestructura del
conocimiento se desarrolla no solo en unos cuantos países «desarrollados»,
semejantes adelantos, ya no son un fenómeno «americano». Costa Rica, Islandia,
Egipto, la India, Vietnam exportan software.
Son países que cuentan con capital humano propio y hacia allí emigran
las empresas informáticas para aprovechar ese recurso humano. La
miniaturización y abaratamiento de las herramientas del conocimiento están
permeando todas las fronteras. Ya existe un mercado mundial para la riqueza del
conocimiento (íd. 36). Lo más sobrecogedor de esta revolución es que es
indetenible y es radical, la riqueza revolucionaria es una gran fuerza
transformadora porque es ante todo cualitativa.
Alvin y Heidi Toffler. La
Revolución de la riqueza. Editorial Random DEBATE, Caracas. Edición 2007.
Páginas: 651.
Adquirido en el Mesón de Ofertas
de la Librería Europa, Maracaibo, Venezuela. Bs. 25.
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