Incomodísimo.com Izquierda diletante

9:31 Posted by Perro Senil.

I Un sólo un izquierdista en todo el siglo XX: así sin adjetivos.

Al extremo opuesto de la «izquierda rústica» que aparece en el Medioevo europeo en medio de figuras como Maquiavelo, Savonarola y Juan Hus (de la cual nos habla Josep Fontana en Europa ante el espejo) está la «izquierda diletante» que nace en la Venezuela rentista petrolera del siglo XX con cimeros representantes como Domingo Alberto Rangel, Américo Martín y Teodoro Petkoff.

Y es precisamente Domingo Alberto Rangel (DAR) quien se encarga de retratar esa izquierda diletante, en un libro-entrevista que aparece en el mercado venezolano de grandes autores, con el título “El suicidio de la izquierda”. El periodista Ramón Hernández (RH) realiza con DAR un recorrido por nuestra historia, partiendo de la visión del país político que tenía el Che Guevara y teniendo por punto de llegada nuestros actuales días. En este reported speech se va mostrando cómo DAR respuesta tras respuesta va mostrando la izquierda real existente en Venezuela.

Lo primero que llama la atención a lo largo de toda la obra es que DAR sólo tiene palabras de elogio para Argimiro Gabaldón, razón por la cual en incomodísimo.com nos atrevemos a señalar que sólo hubo un izquierdista en Venezuela durante todo ese largo siglo preñado de grandes eventos políticos. Argimiro era una referencia popular incuestionable para estos revolucionarios como se infiere de las declaraciones chispeantes de DAR al avezado RH:

Pregunta RH: ¿Cómo se escogieron las zonas en las que se instalarían los frentes armados?

Responde DAR: Había casos evidentes, por ejemplo, la zona de El Tocuyo-Boconó (…) Ahí vivía Argimiro Gabaldón, que tenía gran prestigio entre los campesinos. Siempre residió ahí y estuvo dedicado a las actividades reivindicativas en beneficio del campesinado (Hernández, 2010: 28).

Y en otra parte de la entrevista DAR sanciona con ferocidad ese insólito hecho histórico -el de sólo un memorable izquierdista- cuando dice:

Pregunta RH: ¿Qué hizo al salir de la cárcel?

Responde DAR: Me fui a la UCV como profesor. Asumí las funciones inherentes a todo catedrático y volví a escribir en la prensa.

Pregunta RH: No colaboraba en la lucha armada.

Responde DAR: Ya no había lucha armada, prácticamente (…) La guerrilla no dio sino un caudillo: Argimiro Gabaldón, el único guerrillero con pasta de caudillo (id. 51).


Argimiro Gabaldón personaje inolvidable, sin duda, entre los «rústicos».


Argimiro Gabaldón es pues el único caso preclaro y prominente en toda nuestra historia contemporánea venezolana de la existencia de un izquierdista –así sin adjetivos- en Venezuela. Fuera de Argimiro DAR no tiene palabras de halago para ningún otro. No dudamos que existieron otros, pero de los rústicos, es decir, los que los diletantes no sancionan pero si condenan al anonimato y al espacio de la desmemoria. Los diletantes fueron políticos sin pueblo, entre quienes hubieron, sin duda, grandes figuras.

II Les enfants terribles or les enfants gatés: "era mejor escribir y hablar".

Este testimonio de primera mano que nos ofrece el diálogo de estos dos excelentes profesionales de la palabra se convierte en un libro exquisito que impacta desde su desconcertante título -“El suicidio de la izquierda”- hasta su última página, en él DAR lanza un fuerte escupitajo al mundo moderno y su pretendida gran civilización, cuando allí expresa:

Desde el primero de agosto de 1914 hasta el año 2000, el mundo no tuvo sino diez o quince años de paz, el resto fue de guerras.

DAR fue uno de los mejores tribunos que tuvo la Venezuela del siglo veinte, lo demuestra con comentarios como el que se acaba de transcribir, en él demuestra su preparación y su elaborada pasión, fue y es aún el más brillante y prolífico escritor de la izquierda venezolana y el maestro pour exccellence de quienes se forjaron como izquierdistas en esos tortuosos cien años. De allí que, no se duda, en colocarlo encabezando la lista de los enfant terrible que produjo ese proceso propio de una Venezuela rentista petrolera chapoteando en petrodólares.



DAR es el de lentes, en la composición gráfica están otros personajes resaltantes de lo que fue las FALN o Fuerzas Armadas de la Liberación Nacional, entre ellos Fabricio Ojeda.

La tragedia de estos diletantes, de los que DAR es uno de los más sobresalientes, es que nunca optaron por vivir en una barrio popular o en una aldea campesina, y compartir experiencias de todo tipo con aquellos por quienes decían que luchaban, en otras palabras nunca se molestaron en contrastar lo que leían en la literatura/bibliografía marxista/socialista con la realidad concreta que vivía la masa laboral en su cotidianeidad. Como teóricos y analistas académicos se dedicaron a la tarea de fundar, dirigir y hundir en el fracaso a partidos, movimientos, grupos y grupúsculos de la izquierda en Venezuela y, siempre terminaron por echar agua bendita -con el hisopo- sobre el catafalco donde reposaba muerta la revolución por sus propios hijos. El ejemplo pues, de Gabaldón viviendo en el campo y con los campesinos desde hace mucho tiempo, y construyendo allí un sólido lazo humano con los humildes de la tierra, no iba con el calzado de moda ni con la mentalidad de divus vanguardistas de estos enfants terribles o enfants gatés escribiendo con su hacer una historia en la realidad plagada de ingenuidades y elaborando con sus apriorísticos escritos una crítica ruborizada del sistema.

III Se tomaron grandes decisiones históricas de repente: Sin discusión !

La izquierda diletante era una fuente refulgente de conocimientos, no podía ser de otro modo, eran los divus vanguardistas de la revolución nacional echada por la borda. Para la nemotecnia de esta dura lección, se debe interiorizar que, ningún análisis político debe tomar una decisión porque vea una golondrina surcando los aires de la patria, ya que una golondrina sola no hace verano, como nos lo enseñó hace mucho tiempo ha el gran escritor Don Cervantes de Saavedra en su inmortal obra Don Quijote de la Mancha, frase sabia que se remonta en última instancia al esclavo Esopo, quien la sugiere en su fábula de “La golondrina y el hijo pródigo”:

Un hijo pródigo había derrochado todo su patrimonio y sólo le quedaba un abrigo. De repente vio una golondrina que se había adelantado a su estación. Creyó que ya llegaba el calor, y que por tanto no necesitaría más el abrigo, así que lo vendió también. Pero regresó el mal tiempo y siguió el invierno. Entonces, mientras paseaba, encontró a la golondrina muerta de frío. ¡Desgraciada! -le dijo- nos has dañado a los dos al mismo tiempo!

Con esa idea palpitando en la mente, queremos rememorar como la izquierda diletante se lanzó por la vía de la lucha armada en Venezuela. DAR guiado por el corpus de la entrevista que RH elaboró recorre esos recuerdos. Vamos a extraer a grandes líneas de DAR su j´acusse o la confesión de un pecador arrepentido contenido en este libro-testimonio: [Nota: Si en vez de RH aparece IC, esto quiere decir que Incomodísimo.com reelaboró la pregunta, en los reported speech estos arbitrios noticiosos son permitidos]

RH: ¿Ir a la lucha armada fue decidido en un congreso del MIR? DAR: No hubo congreso alguno, la decisión surgió espontáneamente. Se da casi sin darnos cuenta. Esa es la verdad histórica, no fue necesario razonar o discutir mucho (Hernández, 2010: 23) IC: ¿Fue una especie de panteón de divinidades? DAR: En reunión con el Che nos orientó en tres días, nos dijo que la vía de la lucha armada en Venezuela era un tremendo error y, nosotros acá en Venezuela en tres reuniones concluimos que había dos opciones: una, iniciarla de inmediato -indicado por Américo Martín-, las otra, empezarla en dos años, que era la posición de Simón Sáez Mérida y la mía- (id. 42, 43) IC: ¿Y se dio el debate si se iban por la vía de Simón y Domingo o por la que indicaba Américo? DAR: No. El MIR era un partido revolucionario que nació para alzarse (id. 49) RH: ¿Discutieron cómo escoger las zonas guerrilleras? DAR: No hubo esa discusión, eran evidentes (id. 28)RH: ¿Y los asesinatos de la policía? DAR: No recuerdo haber discutido eso (id. 28) RH: ¿Y el ataque del tren del Encanto? DAR: Fue un acto de terrorismo de Guillermo García Ponce, le dije a Simón “Vamos a reclamarle”, nunca averiguamos quienes lo ejecutaron (id. 34) RH: ¿La izquierda venezolana discutió sobre cómo construir el socialismo en el país? DAR: Aquí nunca se ha seguido un camino revolucionario paras nada (id. 59) RH: ¿Y hubo un movimiento guerrillero o esto es otro mito en la historia política del país? DAR: La guerra era pura habladuría, la lucha guerrillera era verbal. Había unos preparativos, pero no un alzamiento. Aquí no había absolutamente nada (id. 33) RH: ¡¿Discutieron para abandonar la lucha armada?! DAR: Si, entre Simón y yo discrepamos, la discusión se quedó allí, el MIR estaba desecho. Era demasiado tarde para discutir. Seguí una vida política activa en el universo de los grupúsculos de la ultraizquierda, en la universidad y en algunos sindicatos (id. 35) dando clases y escribiendo en la prensa (id. 51) todo fue como tiene que ser para un revolucionario …una dosis de locura quijotesca ….un completo estado de alienación ….pasión y fervor revolucionario ….vibración combativa (id. 49)



El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha alucinando.

Corolario: Una izquierda que no anda con el pueblo y que no cree que pueda aprender algo del pueblo, cuando pretende dirigirlo sólo lo lleva al precipicio, puesto que en su mente sólo hay espacio para deleitarse con la acción revolucionaria, de allí que por esa razón esencial -el deleite- sea una «izquierda diletante». De repente pues hicieron enormes daños al movimiento popular y, como en la fabula de Esopo, le echaron la culpa a la “Desgraciada” golondrina.

IV La revolución parte del trabajo de un grupo: “lo otro es un trabajo muy largo”.

DAR condensa el pensamiento de la «izquierda magnate» -pensamiento grupista, es decir, los super héroes-, vamos a recorrer esa concepción a través de unos extractos reveladores del autor que se está reseñando:

Un grupo de guerrilleros podía derrotar a todo un ejército e iniciar una transformación de signo radical (Hernández, 2010: 9) Un grupo de revolucionarios disciplinados y resueltos puede obtener una victoria rápida… bien orientados y bien decididos pueden obtener la más espléndida victoria en América Latina (id. 12) nos impresionó que un puñado de revolucionarios podía liquidar a un ejército en unos meses de lucha, para echar a andar luego un proceso de cambio que iba a terminar en el establecimiento de un régimen socialista (id. 15) el MIR se llevó a la juventud formada en las cárceles (id. 20) con ese partido de jóvenes y el PCV se formó un comité especial con plenos poderes para organizar la lucha armada, éste lo integraba Simón, Domingo, Guillermo y Pompeyo (id.29) Américo, Simón y Domingo decidieron la vía de la lucha armada para tomar el poder, Américo era del parecer de iniciarla de inmediato y Simón y yo en empezar a hacerla después de pasar dos o tres años de preparación, es decir, en nada (id. 42, 43) acordamos reunirnos con los cuadros del partido con los estudiantes, líderes sindicales y políticos para discutir la vía armada (id. 42) pero no hubo tal discusión, Américo se impuso porque presidía una facción organizada. DAR y Simón eran del parecer que era necesario para la fórmula revolucionaria un plazo de varios años para trillar el camino de la solidaridad armada (id. 15) que no duraría más de de dos o tres años, que era nada en la historia de un pueblo (id. 43) plazo en el cual se debía sostener una lucha ideológica con la derecha (id. 15) y tiempo para organizar los cuadros del partido, ordenar la estrategia, preparar mejor el combate (id. 43) y con los cerros armados bajar a destruir el ejército y la policía (id. 59) Se necesita pues para hacer la revolución una organización, un estado mayor y una situación que auspicie el alzamiento popular (id. 61).

DAR mismo se encarga de cuestionar esa guerra por combustión espontánea cuando le expresa a RH que:

“Ahí comenzamos con la abstención [se refiere a su posición ante las contiendas electorales], que ya era una ruptura con el orden político del país” y RH le riposta de inmediato ¿Entendió que su función era la de ser un teórico y no un activista? Y DAR le confiesa sin el menor empacho “No había fuerzas de izquierda organizadas; y organizarlas implicaba un trabajo muy largo. Era mejor hacerlo a través de la prensa, escribiendo y hablando que poniéndose a construir pacientemente algo que iba a tardar mucho en brotar” (id. 36).

A confesión de parte relevo de pruebas, la izquierda en Venezuela no fue una izquierda que asumiera esa paciente tarea de crear organizaciones populares revolucionarias y, no lo hace porque es una izquierda magnate que era incapaz de secundar el ejemplo de Argimiro el único izquierdista –así sin adjetivos- que existió en esos tortuosos cien años perdidos para la revolución venezolana.

En el libro de Ramón Hernández el Che Guevara expone su tesis acerca de Venezuela (pp. 37/42), donde asume una posición que contraría el deseo egocéntrico de los dirigentes de la elitista izquierda venezolana.

V La izquierda diletante es una «izquierda magnate»

Ahora ¿por qué se califica en este escrito a la izquierda diletante de izquierda magnate? Pues bien, resulta que los magnates en la época medieval eran la alta nobleza y, como nobles consideraban que era indigno para su condición social asumir los trabajos manuales, es decir, el ganarse el pan de cada día con un fatigoso trabajo era ocupación de plebeyos, es decir, propio de «los ordinarios». Creían que ellos, «los selectos», estaban destinados a ser la cabeza de la sociedad, esto es, ser quienes dirigen a los demás, porque para eso son los letrados, los pensantes y los cultos, en una palabra ser noble era ser un no-agobiado por las ocupaciones vulgares.

La palabrilla «noble», para tener claridad sobre lo que tratamos, nace de la observación científica de los metales, puesto que hay entre los metales «los ordinarios», como el hierro que se afea al herrumbrarse y, cuando no sufren ese terrible deterioro, desarrollan una patina que opaca su brillo como es el triste destino del cobre, y hay «los metales nobles» (!!!), como el oro y la plata, que se identifican debido a que son poco susceptibles de corroerse y oxidarse, lo que les proporciona apariencia de inalterabilidad, razón por la cual se les denomina con el apelativo de nobles.

Nuestra izquierda magnate es oro puro, brillante plata, sus líderes máximos son augustus, como divus son valores supremos, eso si de algo estamos seguros, su conocimiento no hace aleación con los «rústicos», es decir, con los agobiados por las tareas vulgares, la altura que les da el marxismo-leninismo les ubica a la altura descollante del Olimpo muy lejos de los mortales. Es inconcebible que estos insufribles megalómanos puedan sobrevivir en una montaña con los campesinos o en una barriada del cerro con los proletarios urbanos, porque su lugar es follar con los lujos y comodidades que ofrece el medio urbano, es pues una izquierda magnate, incluso en la connotación que tiene en nuestros días ese término, es decir, son los Bill Gates en este Siglo XXI, siempre lo máximo, el non plus ultra. En una palabra: “eso” no es izquierda, es una falsa izquierda, es un mito más de una historia contemporánea falaz y convencional.

 
Bill Gates.

El libro de Ramón Hernández constituye pues, el registro de un invaluable testimonio que en estas cuartillas no está recogido ni mediocremente, es indispensable su lectura para quienes estén interesados en el afloramiento -en el proceso político venezolano- de una izquierda sin adjetivos, es decir, sencillamente «izquierda».

Nota: En este libro DAR expone, entre otras muchas cosas de gran importancia, por qué en Venezuela la izquierda tiende a ser moderada y conservadora, y lo dice DARcon su inconfundible acabado literario de tallador de diamantes.




Incomodisimo.com Izquierda rústica.

6:31 Posted by Perro Senil.

I Tener un programa

En su libro “Europa ante el espejo”, Josep Fontana muestra cómo los historiadores de Europa han pretendido negar a “los rústicos” un papel en los intentos de construir una sociedad mejor en aquel continente. El arbitrio intelectual del que se valen en este asunto es la de presentar a la gente del campo y a los pobres de la ciudad, tal y como los captaban los clérigos y los nobles quienes veían al siervo, reducido a un monstruo deforme, ignorante y violento, capaz de las mayores atrocidades, sobre todo cuando se agrupaba. Construían pues un mito, el rústico era un ser malvado, vulgar y estúpido.

Lo real es que ante las graves crisis económicas que vive Europa feudal en su decadencia, no sólo buscan respuestas los poderosos para superarlas, sino que también los de abajo exploran soluciones, porque todos ellos sienten miedo de que con esas conmociones se llegue a acabar el mundo (Fontana, 2000: 80). Esa reacción política que se forma en el seno de los de abajo y que llega a adquirir objetivos muy específicos es lo que se denomina en este escrito como la izquierda rústica.

Lo primero que es necesario aclarar desde esta nueva mirada de la historia, es que lo que se pretende al decir izquierda rústica es mostrar el origen humilde de un pensamiento político, es decir, la manera que ven las cosas los campesinos en situación vulnerable y los pobres urbanos en condición precaria, a quienes la historiografía no les reconoce la capacidad pensante y, por tanto, les niega la autoría de programas políticos capaces de crear sociedades más justas y más igualitarias.

Fontana nos muestra cómo ante esos programas de origen popular los poderosos reaccionaron con furia desde el mismo inicio de las pugnas:

Se les estigmatizó como enemigos del orden social y los obispos lograron con ello que se aprobara en 1401 una ley que permitía quemar a los «herejes» (id. 79)

¿Cuál había sido su crimen contra el orden para merecer la hoguera?, el primero y capital fue el de querer “tener voz en las decisiones que afectaban a la comunidad entera” (id. 76), es decir, la de pretender querer formar parte del medio urbano, el pedir protección de los abusos de los terratenientes (id. 76), el desear pagar una renta módica por el uso de la tierra (i. 79), la aspiración de recibir la comunión católica con las dos especies (pan y vino)(id, 80), el estar en contra de la servidumbre (id. 81), el preocuparse por preservar al hombre de los trabajos excesivos, el desear participar en el gobierno municipal, el estar interesados en elegir a los «pastores» de sus parroquias (id. 82), el exigir tolerancia a las ideas y prácticas políticas y religiosas diferentes a la establecidas (id. 83, 88), el anhelar una sociedad más igualitaria y más evangélica (id. 88), el creerse con el derecho de reclamar lo que era justo (id. 82), en una palabra, al aspirar a legar una mejor sociedad a sus descendientes (id. 88), todo este programa fue convertido por la iglesia católica como defensora del orden establecido en pecados capitales que catalogaron como “herejías” (!!!) y que en razón de esto hacían méritos para aplicar la condena de la hoguera como castigo de esa disidencia.

II La reacción conservadora

Para las clases conservadoras, la de los poderosos, era inaceptable esa perspectiva de una «plebe» que pretendiera participar en el control de la sociedad, tal atrevimiento lo consideraron escandaloso y por tanto pecaminoso (id. 83), el resultado de esa intolerancia Fontana nos lo describe:

A mediados del siglo XVI esos sueños habían sido prácticamente liquidados. Un nuevo espectro había venido a aterrorizar a los europeos: el de ese ser rústico «vulgar, estúpido y malvado» que hacía peligrar el orden establecido. La imagen del enemigo a combatir era ahora la del «rústico», que abarca todos los matices de la barbarie, la ignorancia, y la bajeza que caracterizan al «villano» frente al «noble».

Defender esos sueños traía graves consecuencias, por ejemplo, Jakob Hutter fue apresado y atormentado en 1536 “Le hicieron sentarse en agua helada e inmediatamente después le trasladaron a un baño hirviente y lo fustigaron con vergajos; le abrieron las heridas, le echaron aguardiente en ellas y lo encendieron, dejándolo quemar”. Por esta vía hombres con formación clerical o filósofos o artesanos letrados que se identificaron con esas mayorías y con sus luchas reivindicativas sufrieron persecución y vivieron el terror.

Maquiavelo lo denunció, dijo que al prolongarse el conflicto de los artesanos y trabajadores florentinos de la lana el propio miedo de represión impulsó al sector más humilde, el de los asalariados, a ir más allá de sus demandas, y alimentó una conciencia social que les condujo a «descubrir» que la actuación de los poderosos no obedecían a la razón y, peor aún, se hacían obedecer por la fuerza (id. 77). Tan brillante observación de Nicolas Maquiavelo nos revela el origen histórico de la izquierda rústica, es decir, ésta pasa del plano reivindicativo al plano de la comprensión de la realidad política, es decir, cuál es la verdadera base sobre la que está construido el orden social.

“El movimiento comenzó en muchos lugares pacíficamente, tratando de obligar a los señores a negociar, con la seguridad que le daba a sus miembros la convicción de estar reclamando lo que era justo (id. 82)”.

Pero la respuesta de los defensores del orden establecido fue brutal:

El sacerdote Martín Lutero creador del movimiento protestante –conocidos hoy como «los evangélicos»- se apresuró a condenarlos y a pedir a los príncipes que castigasen a esas «hordas campesinas de ladrones y asesinos». Su movimiento protagonizó el asesinato de mujeres y niños anabaptistas, colaborando con ellos los católicos (id. 83).

El filósofo Erasmo de Rotterdam perteneciente al naciente movimiento del humanismo cristiano vio con buenos ojos los movimientos populares y sus protestas, pero cuando aparecieron sus aspectos sociales no pudo ocultar su horror ante la perspectiva que la «plebe» pretendiese controlar la sociedad. La devoción de este movimiento consideró que aspectos sociales como el orden basado en la existencia de siervos y señores y la de magnates y humildes urbanos no debería ser cuestionado, porque el ideal cristiano predica el principio de la caridad, es decir, amaros los unos a los otros, de allí que no se podía forzar a los ricos a dar lo que no naciese de su propia voluntad, pues esto violaba la ley de Cristo (id. 83).

Teólogos de la talla de Thomas Muntzer que legitimó la rebeldía y la resistencia de aquellos movimientos populares al poner a Dios al lado de los pobres, fue decapitado. El calvinista Servet fue muerto en la hoguera, los anabaptistas sufrieron una feroz persecución y, los católicos y protestantes usaron contra ellos el terror de la inquisición. Wat Tyler que hizo la petición ante el Rey de que ningún hombre haga ningún tipo de homenaje fue asesinado y su revuelta aplastada (id. 79). Juan Hus, enemigo de la venta de indulgencias, acudió ante el concilio de Constanza, fue encarcelado y murió en la hoguera (id. 80).



Fraile dominico Girolamo Savonarola elaboró un proyecto democrático, según el cual la autoridad de distribuir los cargos residía en el pueblo por entero e hizo construir para ello la Gran Sala de los 500 en el Palacio del Gran Consejo del Pueblo. El corrupto y degenerado papa Alejandro Borgia lo condenó a la hoguera, como previó lo intento sobornar con un cargo de Cardenal que indignó al fraile. El 23 de mayo de 1498 se ejecutó y tardó en quemarse varias horas. Los restos eran sacados y devueltos a la hoguera repetidamente por los verdugos, a fin de que los savonarolistas no los trataran como reliquias. Todos sus amigos fueron torturados en los calabozos de la Inquisición (id. 77).

III Soñar con un proyecto

Hubo pues una expresión que pedía cambios en lo político, económico, social y religioso al cual la represión los obliga a cruzar la frontera, es decir, pasar de ser un movimiento pacífico a convertirse en revueltas campesinas y conmociones urbanas, donde el desencadenante de estos tumultos tuvo por protagonista al hecho de la negativa a pagar impuestos (id. 78). Es de hacer notar que grupos de clérigos, «curas pobres», se sumaron en estas escaramuzas a favor de los humildes, y también lo hicieron gente de formación como filósofos, teólogos, frailes y urbanitas (id. 79).

A este nivel de la lucha, líderes como Jhon Ball llegaron a exigir la libertad de toda servidumbre y a proponer incluso establecer una sociedad en que todo sería común y no habría diferencias entre villano y caballero (id. 79). La rebelión de Jack Cade tuvo por punto de partida enfrentar las exacciones señoriales, pero su propósito terminó siendo la de «destruir a los señores, tanto temporales como espirituales». Primero pidieron un nuevo Rey, y más tarde, que doce de los suyos gobernasen la tierra (id. 79). En la región de Tabor los fieles escribieron «En esta época no habrá ni reino, ni dominación, ni servidumbre» y todo será común, «nadie debe poseer nada propio (…) quien lo tenga comete pecado mortal». En la cultura pues de estos hombres la transformación social debería traer de acuerdo a las promesas evangélicas, «nuevos cielos y nueva tierra, donde habitará eternamente la justicia» (id. 81). La izquierda rústica en este estadio histórico se convierte pues en un proyecto de liberación integral y supera así su carácter reformista al radicalizarse o, como dice Fontana, “La revuelta fue esta vez más allá de las pugnas locales contra los señores para enfrentarse al gobierno y al sistema social en su conjunto” (id. 78).

Los conservadores haciendo gala de estúpidez, ignorancia, barbaridad, insensibilidad y bajeza fueron, entonces, quienes negaron a los rústicos -en plena crisis económica, agravada por la peste y catástrofes naturales- jugar un papel en la organización de la sociedad y la solución de sus problemas, pues estos movimientos demostraron tener racionalidad, coherencia y altos ideales que ellos mismos sintetizaron con esa frase irruptiva de nuevos cielos y nueva tierra ante la cual  es imposible no estremecerse.



http://es.wikipedia.org/wiki/Horda

http://es.wikipedia.org/wiki/Homenaje

http://es.wikipedia.org/wiki/Indulgencia

http://es.wikipedia.org/wiki/Siervo

http://es.wikipedia.org/wiki/Pueblo (Población rural) Desprecio al rústico

http://es.wikipedia.org/wiki/Savonarola




Incomodísimo.com Fresa.

18:06 Posted by Perro Senil.

Una historia donde el sujeto de la historia es el movimiento popular pone patas arriba -diría Eduardo Galeano- a la historiografía tradicional, puesto que invierte la jerarquía de los participantes, colocando en la cima a los movimientos populares e indicando su frecuencia, intensidad, duración y calidad y, a partir de éste parámetro, evaluar la capacidad de respuesta de los demás actores sociales involucrados en el proceso.

Roberto López hace un recuento profuso de los movimientos populares en Venezuela desde el año de 1781 hasta el 27-F de 1989 (López, 2009: 11/16, 18, 20, 21, 32, 33, 37, 45, 49, 56, 57) y realiza una crítica implacable contra las reacciones precarias que la izquierda venezolana asumió (las cuales citamos al final de esta reseña) ante esas importantes insubordinaciones de las masas venezolanas que Roberto, en sus propias palabras, cataloga como generadoras de “una crisis histórica de enormes dimensiones” (id. 65).
 
Historiador Roberto López autor de “El protagonismo popular en la Historia de Venezuela”

López en su libro “El protagonismo popular en la Historia de Venezuela” ubica la aparición de la izquierda en Venezuela en los remotos años de 1812/1814, lo afirma cuando dice que existe “una fracción extrema entre los mantuanos (…) como lo era el grupo bolivariano” que había asumido un programa liberal e independentista (id. 26). Agrega, el autor, que ese proyecto en el camino se convirtió en el proyecto democrático burgués -bajo la Federación-, el cual requirió de muchos intentos históricos para llegar al fin instaurarse durante un breve período entre 1945/1948, hecho que ocurre bajo el gobierno de Acción Democrática (AD), de lo cual se infiere que éste partido plasma el ideal liberal de 1811 (id.46, 48) (!!! ¿lo que hizo AD en ese trienio es un logro plausible o un mérito deprimente?).

En cuanto a la derecha, este investigador, señala que en el año de 1928 las clases medias se empiezan a incorporar de manera significativa al movimiento popular, formándose con su activa participación los grandes partidos de ese siglo y, apareciendo bajo ese contexto histórico COPEI que surgirá de los sectores conservadores, pero que rompe con los patrones político tradicionales, convirtiéndose de ese modo en la nueva derecha (id. 46). Todos estos grandes partidos, según este analista, van a sufrir su debacle definitiva entre 1989 y 1998, década en la cual se generan reacciones y se desatan fuerzas que derrumban el poder de las élites que habían gobernado el país (id. 63).



Esta es una de las imágenes sobrecogedoras del “Caracazo” -o “Carajazo”-, desde la perspectiva simbólico-humanista.

En este libro se señalan también los escasos momentos en los cuales la izquierda real existente en Venezuela no actúa como una «izquierda incapaz», tarea de localizar esas célebres excepciones se la dejamos a los buenos lectores. Porque en este estudio lo que destaca son las verdades incómodas, que retratan lo que hemos bautizado como el revolucionario «fresa», es decir, al activista que se caracteriza por ser rojísimo en su discurso y blanco impoluto en sus quehaceres políticos -ya que se mantiene alejado de los miserables- . Se cita del libro de Roberto López los monumentales gazapos que comete la izquierda durante el largo proceso de transformaciones sociopolíticas que, la insurgencia popular venezolana ha adelantado, a pesar de la férrea resistencia de los conservadores y del deplorable apoyo de los revolucionarios fresa. Dice este crítico analista en su interesante libro:

la izquierda venezolana quedó desde 1989 como artículo de museo” (id. 57); “el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200) repetía los viejos esquemas de la izquierda venezolana con sus tácticas mesiánicas” (id. 62); “el 27-F (…) la ausencia de esta izquierda [la de los partidos “marxistas”] en los sucesos fue notoria” (id. 59); “La lucha parlamentaria [en las décadas del 70 y 80] no resolvió la desvinculación de la izquierda con el pueblo” (id. 55); “[ en la década del 60] se demuestra cada vez más el desfase que existía entre las políticas de los revolucionarios y la realidad del país” (id. 53); “[En el año 58] estaban dadas todas las condiciones para promover un proceso revolucionario, pero los hechos demostrarán que no había organizaciones populares revolucionarias” (id. 50); “La táctica de los revolucionarios en 1958 reveló un profundo desprecio por las acciones de las masas populares” (id. 51); “Es evidente que la ausencia de una obra política por parte de Zamora explica sus debilidades teóricas; por ello tuvo que apoyarse en los intelectuales del liberalismo para darle contenidos programáticos a su revolución campesina y popular” (id. 40); “El levantamiento comunero de los andes [de 1781] tuvo indudablemente un carácter espontáneo (…) no había planes preconcebidos en cuanto al rumbo que tomaría el conflicto” (id. 9). [Para tener un diagnóstico sobre la «izquierda incapaz» léase las rojitas y azulitas de corrido (id. 31: la izquierda venezolana es incapaz desde la mismísima guerra de la independencia)].

En este arduo trabajo el autor registra también las acciones históricas de la derecha venezolana durante ese largo proceso de la vida nacional, se hace así mismo un análisis sumamente severo tanto del Partido Bolivariano -que gobierna la república desde 1819 hasta 1830- como de su inspirador y actor Simón Bolívar (id. 26/33), y como anexo se ofrece un estudio de la obra teórica de Laureano Vallenilla Lanz que ayuda a explicar la Guerra de Independencia. López pues cumple su cometido político con este trabajo, al realizar una autocrítica seria de la izquierda venezolana, ya que cuestiona sin restricciones de ningún tipo, las acciones que ésta tendencia política ha tenido en la historia nacional.

ESTE TRABAJO ESTÁ A LA VENTA EN EL PUESTO DE PUBLICACIONES Y LIBROS UBICADO EN LA PLAZOLETA DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA.

El 5-J: de mito a historia falaz.

8:57 Posted by Perro Senil.

A) UNA SOCIEDAD  JERÁRQUICA, ANTE TODO

La «democracia» ateniense jamás pretendió ser igualitaria. Solón se había preocupado de «dejar, como antes, todas las magistraturas en manos de los ricos», y no le dio al pueblo más poder que el mínimo estrictamente necesario. La «democracia» por la que los atenienses luchaban significaba poco más que el privilegio que permitía a un pequeño grupo de ciudadanos con plenos derechos políticos «deliberar en asamblea los asuntos de estado…» (Fontana, 2000: 12)

Se emplea esta cita de Josep Fontana para mostrar las intimidades del 5 de julio de 1811 en Venezuela (El 5-J), el 5-J es una acción provocada por unas minorías privilegiadas que utilizaron el Congreso constituyente para deliberar exclusivamente en función de sus intereses. Y esto es así, porque es imposible obviar el hecho de que la sociedad colonial es una estructura intensamente jerárquica y, que en razón de esto, toda la actuación histórica de su clase dominante lleva esa impronta de una manera indeleble (1).


Perro Senil o "El Pege" autor de este artículo especial, mediante el cual el Blog Incomodísimo.com no se suma a la celebración del 5 de Julio de 1811.

Tanto el 19 de Abril de 1810 como el 5 de Julio de 1811 son fechas históricas del conservadurismo nacional, en ese orden de ideas, se disiente en este escrito de que en estos hechos existió un sector radical que determinó el curso de los hechos, se va a afirmar en este artículo que quienes deciden la independencia en el Congreso no pretenden producir cambios ni en la estructura social ni en la económica, sino sólo en la instancia jurídica, lo que equivale a cambiar todo para que nada cambie y, en ese sentido, sus actuaciones no tienen en absoluto ninguna radicalidad. Lo único que busca ese sector aristocrático, durante aquellos hechos, es dejar de sostener con sus tributos a un sistema español que ya no le ofrece ninguna ventaja o provecho (2), es decir, el dominio de España ya no les crea las condiciones para continuar acumulando riquezas, más bien amenaza con menguarla por varias razones, la primera, por la prolongada crisis en la que está inmersa la metrópoli desde mediados del siglo XVIII, la segunda, por la creciente ineficacia de la administración metropolitana sobre sus posesiones extracontinentales y, la tercera, por la fractura social cada vez más grave y amenazante en todo el imperio.

B) EN EL FONDO DE TODO: LAS TENSIONES SOCIALES

La realidad histórica pues, es que existe un colapso del comercio exterior del imperio español, el cual se viene desarrollando desde 1792 y que se prolongará hasta 1827, como es claro, este asunto genera problemas de mercado a las exportaciones de sus colonias y, por ende, provoca en las oligarquías periféricas una ansiosa búsqueda de salidas a esa situación que atenta contra sus intereses económicos .

Por otra parte, a la ya engorrosa administración colonial caracterizada por las proverbiales demoras y excesivos controles se suma la ocupación francesa de España, la cual con toda su secuela de hechos termina por paralizar la estructura administrativa del imperio hispano (3), asunto éste insidioso e insoportable para la Capitanía de Venezuela, quien tiene frente a sus propias costas las tentadoras y hermosas oportunidades de tener a la gigante proveedora de Inglaterra en la isla de Trinidad y Curazao, que le ofrecen a la oligarquía criolla halagüeñas perspectivas comerciales  y por ende buenas expectativas de incrementar las ganancias y multiplicar los intercambios.

Pero lo más urgente, para la clase dominante, era fabricar respuestas a los crecientes problemas sociales, porque el descontento de los sectores menos pudientes -los propietarios más modestos- y la ira de los desposeídos y explotados irrumpía con rigor cada vez mayor en toda el área que rodea el mar Caribe, donde a la vista de todos había irrumpido el mal ejemplo -para la mirada mantuana- de la revolución haitiana donde se había fundado una República Negra, amenazando a la oligarquía criolla que no tenía ninguna garantía de protección de sus intereses por parte de una España monárquica incapaz de controlar sus propios enemigos internos y externos (4).

España, pues, vive una profunda crisis que sus colonias americanas no quieren ni desean compartir, por lo contrario, quieren desembarazarse de ese pesado fardo, para poder estar en capacidad de sofocar los conatos de cambio social que se les pueda presentar acá en sus propios territorios. La crisis económica y administrativa venía creando una tensión social que, a todas luces, impide que el  5-J sea un movimiento radical. La política conservadora, por lo contrario, gira hacia la derecha, fenómeno que Fontana observa con meridiana claridad en la historia de la Grecia clásica.

Fontana en su lectura de los hechos helenos, muestra como aquellos griegos sometidos a circunstancias negativas procedieron a limitar aún más su programa democrático, porque bajo una crisis es cuando precisamente no se presenta el mejor momento para democratizar una sociedad, todo lo contrario, bajo esas condiciones adversas los sectores de poder se hacen más reaccionarios y, en ese sentido, giran más hacia la derecha y trazan estrategias para capturar el poder y, al mismo tiempo, mitigar el problema social. Fontana opina con respecto a la mítica «democracia» ateniense que:

Incluso este limitado programa «democrático» perdió vigencia cuando las dificultades económicas del siglo IV sumieron a Grecia en una situación de crisis que amenazaba producir un grave enfrentamiento social. Los griegos se encontraron divididos entre la propuesta tradicionalista de Demóstenes, empeñado en rehacer su unión en torno a la hegemonía de Atenas (…) y la tentación de unirse al Imperio macedónico (…) que podía abrir nuevos mercados y aliviar la tensión social (…) (id. 12).


Josep Fontana autor de un libro que Incomodísimo.com recomienda a sus lectocuriosos: "Europa ante el espejo".

C) MEDIDAS CONSERVADORAS PARA GESTIONAR EL CONTROL SOCIAL

Nuestros constituyentitas de 1811 que declararon la independencia de esta capitanía del imperio hispano, no eran  sujetos radicales, todo lo contrario, ellos tomaron dos medidas de urgencia que retratan lo que en verdad eran políticamente, la primera medida fue la de enviar a Curazao unos agentes de la recién fundada república, para que de allí salieran a buscar el apoyo de Inglaterra y de los EE.UU, con la finalidad de obtener de esas potencias los mercados que España ya no podía ofrecer y, en lo interno, se encargaron de divulgar el argumento de que Venezuela como territorio autónomo e independiente, debía hacer respetar su decisión de ser libre, de tal modo que esa idea sembrada en la mente del pueblo les permitirá crear una fuerza armada completamente justificada (5).

Como es obvio, ambas medidas del nuevo gobierno, están vinculadas con el urgente problema de «aliviar la tensión social», la primera, porque la salida de la crisis pasa por la realización de la producción en la esfera del mercado, lo cual garantiza el restablecimiento de la rentabilidad del trabajo productivo y la deseada mejora económica, la segunda, porque al enrolar en el ejército a los sectores populares que estaban en situaciones precarias se persigue ponerlos bajo su total control. En el caso de los más desposeídos y vulnerables, se busca, tenerlos bajo su mando mediante las claras y definidas jerarquías militares (donde la aristocracia pasa a ser la oficialidad) y, segundo, garantizar a esos sectores sociales, dentro de la institución castrense, el mínimo estrictamente necesario, tanto en lo que corresponde a su subsistencia como  a lo que corresponde al significativo decoro y, en el caso de los vecinos menos pudientes -modestos propietarios-se busca, primero, halagarlos con los rangos militares -lo cual se obtiene ayer, hoy y siempre con los prestigiosos y visibles galones y signos militares- y, segundo, concederles una paga.

D) LA CLASE CONSERVADORA  SE  AGLUTINA PARA PLASMAR UN PROYECTO

La clase dominante aquí en Venezuela se unió (nuestra historiografía indica que se dividió entre conservadores y radicales lo cual nos luce simplista), porque en el 5-J todas las tendencias -multiversas- logran la ansiada alianza y esto permite la unánime firma del Acta que sella sus compromisos de clase, salen pues avanti en esa segunda gran prueba y lo logran porque en las deliberaciones cristalizan un consenso sobre los pasos que juzgan que más favorecen sus intereses.

Cuando en el 5-J se rubrica el Acta, lo que se está refrendando y aprobando son varios acuerdos que tienen que ver con asuntos de capital importancia para la oligarquía criolla: 1. Triunfa el anhelo de una mayor autonomía para cada provincia, ésta pretensión queda refrendada al conceder a los terratenientes el derecho de que asumiesen la máxima autoridad de su territorio, 2. Triunfa la gran aspiración de Caracas, quien en vista de su enorme poder económico, esperaba desde su alcurnia que dentro de esa autonomía las demás provincias le concedieran el reconocimiento de detentar la capitalidad del nuevo estado y 3. Se impone la tendencia separatista -que los historiadores insisten en catalogar como un objetivo radical, pero que en nuestra opinión es un criterio construido con apresuramiento y ligereza-.

La tendencia separatista era enarbolada por quienes aspiraban a los más ambiciosos planes económicos, es decir, por quienes sueñan con la extraordinaria oportunidad de alcanzar nuevas cotas de acumulación de riqueza, y en vista a ese objetivo económico  logran contagiar con su entusiasmo a los demás congresistas al manejar el argumento de que, para que esa autonomía conquistada se sostuviese en el tiempo era un requisito sine qua non no tener la más mínima vacilación de llevarla hasta los terrenos de la “independencia de España”, pues sólo rompiendo ese nexo de dominación unilateral se podría vincular estos territorios a las potencias emergentes y de este modo salir de la crisis económica hacia la cual nos arrastraba hacia un pozo sin fondo el imperio hispano.

D) EL 5-J ES UN HITO HISTÓRICO DE LA DERECHA VENEZOLANA

Tales son pues los entretelones del 5-J o estas son las cosas que subyacen bajo los disfraces de esa terminología manida de «patria», «libertad», «independencia», «república» y otras retóricas a las cuales apela la oligarquía criolla como instrumentos ideológicos en esos momentos cruciales, donde se juegan la continuidad histórica como clase dominante. El 5-J es un hito sobresaliente de las decisiones políticas cruciales que la derecha venezolana ha tomado y asumido en la historia nacional como protagonista histórico(6).

Lo esencial al 5-J -se afirma y se enfatiza en este texto- es la reacción de la oligarquía criolla ante un fenómeno social creciente de carácter altamente conflictivo que amenazaba su estatus de poder. La aristocracia estuvo clara en algo, y ese «algo» consistía en que en la capitanía venezolana se observaba una definición cada vez más nitida de la fuerza de trabajo como el enemigo interno, pues estos sectores en la misma medida que se fue desarrollando la clase de los grandes cacaos o la ostentosa clase mantuana fueron sufriendo una desigualdad material cada vez más abismal y un trato cada vez más injusto, en este sentido, eran por su número y por su odio de clase un ejército que podía formarse por la vía espontánea en contra de quienes le victimizaban (7).

Es esa circunstancia objetiva lo que empujo a los patricios, por una parte, a dar el salto histórico del 5-J y, por la otra, a unir sus distintas tendencias enfrentadas entre sí, pero parece que la cementación no estaba bien fraguada, porque ocurrieron fracturas (simbolizadas con el padre Maya que se negó a firmar el Acta) que fueron mostrando lo que vendría a desatarse como un huracán en los años venideros: una guerra de muchas aristas que llevaría a involucrarse en este proceso global (proceso que no se puede reducir a una guerra civil, aún cuando la guerra civil sea la forma que adquiera esta confrontación), por una parte, al mundo que emergía y, por la otra, al mundo que se hundía, “progreso” que no se traduciría en avances significativos para las clases sociales más desfavorecidas ni aquí ni en Europa, porque allá fue traicionada la clase pobre por los revolucionarios franceses y aquí fue traicionada por los revolucionarios independentistas (8). Au mort d´ ancien regimé no alteró ni lo más mínimo a la sociedad conservadora, por que la lógica del capital "obliga a los grupos dominantes a pactar para defenderse de las apiraciones de los de abajo (Fontana, id. 43)".

En conclusión tanto la Historia oficial de ayer como la que hoy está en construcción es una historia fabricadora de mitos y, en ese sentido, es una Historia falaz. Es ineludible compromiso sustituir esa historia mendaz por una historia desenajenada. El historiador debe evadir la tentación de manufacturar propaganda ideológica, seducido por la oportunidad glamorosa de recibir la aprobación entusiasta de la estructura del aplauso de sus correligionarios. La historia no puede sucumbir a las pasiones circunstanciales del ámbito en el que es escrita.

(1) El error en el que se puede incurrir al analizar los acontecimientos de la independencia es el de ver aquellos hechos a través del discurso de Simón Bolívar, quien traza una visión del proceso que no alcanza ni siquiera Sucre a interpretar con cabalidad, como se infiere de los permanentes desconciertos en que Sucre entra en su relación personal con aquella monstruosa figura que él con acierto bautiza como «genio». Para evitar pues esos fallos propios de un aficionado, que busca el camino fácil para emitir opiniones, es necesario, ubicar el análisis en ese irregular tejido de actores que tumultuosamente echan a andar ese cataclismo que conocemos como la época independentista.

(2) Como comenta Fontana, pero con respecto ahora al Imperio romano y sus habitantes: “La economía romana decaía y se replegaba sobre sí misma, y menguaba entre sus habitantes la voluntad de seguir sosteniendo los costes crecientes de un sistema que les servía de poco (id. 23).”

(3) Fontana también trae a colación al imperio romano, cuando estudia su colapso, llama la atención sobre hechos que los historiadores no destacan para evitar mostrar los verdaderos factores de la decadencia, dice: “Para entender el colapso del Imperio de Occidente conviene que observemos la parálisis de la estructura administrativa central y las fracturas sociales que estaban debilitándolo (id. 23)”.

(4) España ya no les podía garantizar el orden interno dentro de aquel complejo cuadro internacional en el que la metrópoli estaba encallejonada, porque era frente a las demás potencias la parte más débil de la cuerda debido a la vulnerabilidad de su modeló económico.

(5) En “Banderas del Rey” Ángel Rafael Lombardi Boscán indica como sólo en la provincia de Caracas existía un muy modesto cuerpo militar, mientras que en el resto del territorio existían o muy pequeñas guarniciones en algunos lugares o eran provincias enteras donde éstas eran inexistentes, esto nos indica que en la tal "Capitanía" no existía en realidad un ejército (!!) y esto es razonable, porque a España no le podía interesar que una colonia dispusiese de una fuerza armada.

(6) Con la ocupación francesa de España y los efectos posteriores que trajo esa invasión se incidió con gravedad sobre la ya ineficaz estructura administrativa central de la metrópoli paralizándola con respecto a sus posesiones extracontinentales, obligando a éstas a asumir la soberanía que les correspondía y a gobernarse por sí solas, en ese sentido, la independencia fue forzada por las circunstancias objetivas y no por un grupo radical (la Sociedad patriótica).

(7) Los hechos lo pondrán en evidencia y obligarán a los mantuanos a retroceder, a rectificar, a revisar y a constatar que los acontecimientos se escapaban de sus manos, esto ocurre, por ejemplo, con los alzamientos de los negros de Barlovento que hacen recular a Miranda y sucede con el huracán que cabalga Boves que a duras penas hace obedecer a sus bridas y a la de un puñado de blancos que son sus lugartenientes.

(8) Lo que pretendía Simón Bolívar debe estudiarse capítulo aparte, porque su visión del proceso no se ajusta con exactitud a la de la oligarquía conservadora, ambos actores andan por diferentes derroteros, sólo coinciden en ciertas circunstancias de aquel proceso histórico donde las intenciones que subyacen a los hechos en realidad llevan distintas trayectorias. El proyecto del bolivarismo merece una meticulosa revisión, porque éste llega a desbordar la época donde se produjo y, además, la gigantesca personalidad de Bolívar merece esa gracia por parte de la crítica histórica. Los historiadores al enfrentarse a aquellos sucesos sucumben a la tentación de interpretarlos a través de los juicios que emite Simón Bolívar, renunciando de este modo a su propio aparato crítico.