Revolución de la riqueza V: La sosias
Artículo de 4 páginas.
En "La revolución de la riqueza" Alvin y Heidi Toffler explican la economía monetaria y la economía prosumidora, y los vínculos que hay entre ambas. Pero lo más importante es que revelan las enormes bendiciones que trae para la sociedad la economía prosumidora, al grado de poder crear una sociedad distinta y más aún la de desaparecer del escenario a la economía monetaria, lo que constituiría un giro histórico radical. Estos estudiosos de los fundamentos profundos de la economía y visionarios de la nueva sociedad nos dicen que:
Economía monetaria deja invisibles a los pobres
Más de mil millones de seres humanos subsisten con menos de
un dólar al día. Muchos con mucho menos. De hecho hay una enorme cantidad de
personas que viven sin dinero alguno. La población empobrecida haría cualquier
cosa por pasar a la economía monetaria. Las puertas principales para entrar en
esta economía que tiene por fundamento el «dinero» son dos: Primero, crear
algo y venderlo y, segundo, conseguir un empleo a cambio de un salario. Una vez
dentro ya forman parte de la economía visible (Toffler, 2007: 219).
Economía monetaria
invisibiliza al trabajo no contabilizado
Pero la sosias de la economía
monetaria es invisible, sin embargo, cuando se logra imaginar se perciben sus
importantes realizaciones y logros, y se observa el gran parecido que tiene con la visible, al punto de poder
confundirse con ella, es su sosias.
Los Toffler nos hacen visible la sosias, para dejárnosla ver
nos la sugieren contrastándola con la economía mercantil, después la asoman poco a poco y
finalmente la describen en toda su majestuosidad:
La economía visible representa unos cincuenta billones de
dólares, cifra que corresponde al valor que se crea cada año en el planeta. Esa
cifra muestra un fabuloso volumen de productos, servicios y experiencias que se
vuelcan sobre la economía monetaria para
entrar en su dinámica mercantilista. Sin embargo, esta gigantesca operación
para producir riqueza es sólo la mitad de lo que la humanidad crea. Hay otros
cincuenta billones de dólares, e incluso puede ser más, que son los «no
contabilizados», es la economía oculta (íd. 220).
El smog de la era industrial
oculta, con su desbordante y alucinante arsenal de mercancías, la magnífica «economía oculta» o sosias.
Economía monetaria
no detecta a la economía no remunerada
La economía visible produce cosas
que confundimos con la verdadera riqueza (!!!), el libro de Alvin y Heidi Toffler tal
vez nos ayude a salir de los conceptos trampa de la economía falaz. Una «nueva
economía» puede restituir al hombre al lugar que le corresponde ocupar.
Entonces, en el mapa económico
sólo se cartografía los resultados de la economía monetaria. Queda exenta de
aparecer en esa carta geográfica lo que produce una actividad económica no
detectada, no calculada y no remunerada. Es la economía prosumidora no
monetaria (íd. 221).
Economía
prosumidora no requiere de dinero
En la economía monetaria lo que se
produce va destinado al mercado, y con el ingreso de dinero que obtienen «los remunerados» compran esos productos y los consumen, los consumidores pagan el valor de las mercancías y luergo destruyen ese
valor mediante su uso. En la economía prosumidora, por lo contrario, no se requiere dinero, porque
en ella no se separa el productor del consumidor, ese es el prosumidor (es
pro-ductor y con-sumidor). Además, entre los prosumidores se crea un intercambio
de bienes, servicios y experiencias sin que intervenga remuneración alguna en esas transacciones, es decir, sin que se de la compra-venta. Esta
forma de relacionarse revoluciona la riqueza (!!!). Es la mitad oculta de la
economía, que los economistas convencionales se niegan a registrarla y a calcular
sus valores (íd. 221). Tal vez teman que los pro-sumidores tomen conciencia de su gran poder
radical.
El prosumo no sólo es un acto
individual, es compartido por la familia, a él se incorporan los amigos y en él
participa la comunidad. En nuestros días debido al avance de las comunicaciones
el prosumo se ha convertido en un fenómeno global. En la actualidad existe una
comunidad en expansión que abarca el planeta, esa comunidad global realiza una
actividad productiva y creativa sin esperar por ello dinero. En los fundamentos
profundos del espacio, el trabajo prosumo crea valores para compartirlos con una
familia global. La potencialidad de esta fuerza se deriva del hecho de que
todos somos prosumidores (íd. 221). Esto encierra unas probabilidades de cambio
insospechadas.
Economía real no
es estudiada por los economistas
Las economías reales -que no
enfocan los economistas convencionales- cuentan con un sector de prosumo,
porque muchos de nuestros deseos y necesidades más significativas e íntimas no
nos los proporciona la economía monetaria y, sí lo llega a proporcionar, por lo
general, es que su satisfacción tenga un costo muy alto. De allí que la
economía del prosumo sea de enorme significación, porque las cosas más
importantes no están en el mercado o quedan fuera del alcance de las mayorías
(íd. 222).
Cocinamos para la familia,
escribimos para los bloguistas, reparamos cosas en nuestro hogar o en el de un vecino, cantamos en la coral, somos bomberos voluntarios, ayudamos a los
discapacitados, criamos y educamos hijos, enseñamos a manejar un ordenador a un
amigo o amiga, aprendemos a manipular un cajero automático y nos convertimos en sus operarios, nos auto despachamos en un
supermercado, pagamos las cuentas operando un terminal de internet, fundamos obras
sociales, ensamblamos un mueble que se vende por piezas para armar en casa y
hacemos miles de cosas más, sin recibir por esos trabajos que crean valor una
remuneración monetaria o un descuento. Somos prosumos durante incontables horas
de trabajo anuales (íd. 222/224)
Economía
prosumidora sostiene a la economía monetaria
Cuando una familia se sienta a
la mesa a comer, sus miembros disfrutan del producto de una serie de
actividades efectuadas en el mercado y en el hogar. Actividades realizadas desde que salimos de casa, ir a las tiendas a comprar lo que se requiere para la comida
y la cocina, y de ese trabajo se benefician todas las empresas dedicadas a
producir objetos para las cocinas y todas las que tienen que ver con la
producción de alimentos, lo cual incluye empresas dedicadas a la producción
primaria, las procesadoras, las envasadoras, las almacenadoras, las del
transporte, las mayoristas y las de venta al por menor. Toda esa cadena de la
economía monetaria la moviliza el prosumo (íd. 224). El prosumo le sirve en la
mesa al sector de la economía visible un «almuerzo gratuito». El output del
prosumidor es el subsidio del que depende todo el sistema monetario (íd. 222).
Sin el prosumo toda la economía visible se derrumba en diez minutos (!!!) (íd. 225).
En esta fotografía se observa a Dimitri
Anatólievich Medvédev Presidente de Rusia sentado en una mesa comedor con el
presidente norteamericano Barack Obama, lo que este almuerzo moviliza va más
allá de lo que activa una familia cuando se sienta a comer. Cuando los
poderosos consumen una hamburguesa naciones enteras o regiones económicas
completas pueden ser devoradas.
La «reproducción de la fuerza de
trabajo», sin la cual el capital no puede sobrevivir, es el resultado del
prosumo afectivo (íd. 225 y 226). Las actividades prosumidoras como actividades
cooperativas tienen un alto valor social y son la clave de lo «socialmente
cohesionador», sin la creación de este paradigmático valor la sociedad no es
posible (!!!) (íd. 222, 224).
Los protagonistas
del nuevo conocimiento económico
Este enfoque de los Toffler no
es una especulación, grandes pensadores de nuestros tiempos trabajan sobre esas
mismas variables investigativas. Heidi y Alvin mantienen relaciones con ellos y
van marcando el camino a seguir en este impactante tema. Esos relevantes
estudiosos los mencionan en su libro y muestran cuáles han sido sus aportes
(para quienes deseen entrar en los detalles deben consultar la obra en las
páginas que se indican en esta reseña de Incomodísimo.com): Gary Becker, Amartya Sen, Stein
Ringen, Hazel Henderson, Edgar Cahn,
Rishab Aiyer Ghosh (íd. 224, 226, 227, 229), quienes han aportado grandes avances
al conocimiento del sector económico del prosumo, la categoría la crearon los
Toffler en “La tercera ola” que se publicó el año de 1980 (íd. 221).
La
cartografía que algunos de esos autores están creando ponen al descubierto los vitales
vínculos bidireccionales que conectan la economía monetaria con su inmensa y no
contabilizada sosias. Pero el prosumo tiene un poder aún más importante que ese
vínculo con la mitad visible de la economía, tiene el poder de unir la familia
y a la comunidad, en consecuencia, lo que vale es más bien por la cohesión social que
puede generar (íd. 227). Una creciente cohesión social sólo es posible fortaleciendo
la sosias, esta debe llegar a ser la instancia determinante en la nueva
sociedad.
La sosias es la
economía prosumidora ¿asumirá la protagonización de la economía?
¿Podrá la sosias llegar a
convertirse en la protagonista del escenario económico y con ese logro
histórico transformar la sociedad de un modo radical? Todo parece que sí, la
teoría económica está viviendo brillantes avances por esta vertiente, afectando
los fundamentos profundos de la economía, y con sus hallazgos empieza a
revalorizarse, por ejemplo, el papel de la mujer en el prosumo, actor social
que dejaba al margen la economía convencional. La reivindicación de estos
personajes en el escenario de la sociedad puede traer cambios muy profundos y
una sociedad totalmente distinta (íd. 228).
El aporte de los hogares a la
economía nacional equivale a lo que aporta la economía visible. La economía
oculta no remunerada puede llegar a tragarse a la economía remunerada como un
agujero negro (!!!) (ídem). En la economía del conocimiento el prosumo es un
punto crucial (íd. 229). Y la economía del conocimiento irrumpe con fuerza no
sólo en los países avanzados, es un potencial en desarrollo que viene colocando
en el escenario mundial a países inmensos que no pertenecían al club de los
selectos. El prosumo se fortalece construyendo una sociedad del conocimiento.
El prosumo debe ser el vértice guía de los planes nacionales.
El sector prosumidor como fase
de la producción de la riqueza puede provocar en nuestra economía un tremendo
cambio, lo que conlleva a un giro histórico radical, que transformará el papel
de los miembros de la sociedad y de sus instituciones, pues todos resultarán profundamente afectados
(íd. 230).
Una inmensa fuerza subyacente de
creación de riqueza en el mundo está creando un valor no sólo aproximadamente
igual al output de la economía monetaria cuantificada por los economistas (íd.
229), sino que los valores que está creando son cualitativamente superiores a
los de la economía visible. La «mitad oculta» de la economía, la sosias, puede
representar una expectativa para los más auténticos anhelos de realización del
ser humano ¿Será el prosumo la plataforma sobre la que surgirá el hombre nuevo?
No queda duda que el mensaje
oculto que está inserto en este libro, “La revolución de la riqueza”, es
crucial en el gran debate que alienta nuestros días de desconcertante caos planetario. Los Toffler dicen
que ese caos es sólo una parte de la historia y ¡tienen razón!, la otra parte
(la sosias) es la numinosa, y en ese sentido esperanzadora.
GLOSARIO
Output – Input: Salida –
Entrada; términos empleados para referirse a la comunicación que se establece
con los ordenadores, donde ingresamos datos (input) al sistema de información
que está en el PC y este nos entrega un producto (output) mediante el monitor,
la impresora o el audio.
Sosia: El gemelo, o el doble que
tiene un aspecto muy semejante, que tiene un gran parecido y que se presta para
confundir al uno con el otro. Sin embargo los economistas se niegan a reconocer
a este gemelo y en consecuencia a estudiar y analizar el papel creciente que
puede llegar a tener en los intercambios, es decir, las consecuencias que puede
tener en la existencia del mercado ¿tal vez su desaparición?
Numinoso: lo eterno, lo
misterioso, lo sagrado, lo fascinante, lo irreductible y original, es decir, lo que
es como el numen -término latino- que en su connotación original remite a los
dioses, pero en su sentido más abstracto equivale a «la idea».
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