Revolución de la riqueza IV: Cerebro externo

8:25 Posted by Perro Senil.

Artículo de 3 páginas de extensión.


Para explicar la revolución que traerá la nueva riqueza los Toffler contrastan la vieja riqueza con la nueva riqueza, al hacerlo nos invitan a desarrollar como naciones la segunda, porque ésta es la que cambiará el rumbo del sistema y tal vez al sistema mismo. En su trastrocador libro nos ingresan dentro de ese nuevo mundo que está en plena irrupción, confrontándonos con asuntos que estimulan reflexiones trastrocadoras:
El conocimiento: Su valor, su cualidad y sus efectos
Se gastan fortunas intentando estimar el tamaño real de las reservas globales de petróleo. Pero al cabo de medio  siglo de haber empezado la «economía del conocimiento», ¿Se sabe a cuánto asciende la reserva del conocimiento en el mundo? ¿Hasta qué punto vale saber  con cuanto conocimiento contamos? ¿Y cuál es su valor? (Toffler, 2007: 159).

El conocimiento se ha convertido en uno de los componentes de crecimiento más rápido en nuestro entorno económico y social (ídem). Cuanto más petróleo utilizamos, menos nos queda. Por el contrario cuanto más conocimiento utilizamos, más del mismo creamos, no se desgasta, por lo contrario, crece (!!!). Con la nueva economía del conocimiento, ya no se puede definir esta disciplina, como la ciencia de la asignación de recursos escasos. El conocimiento es, en esencia, inagotable. Esa es su inapreciable cualidad (íd. 160).

 Los conocimientos tienen poderosos efectos sobre la riqueza del mundo real. Acelera la innovación. Genera productos de más valor añadido. Sin embargo, el impacto del conocimiento en la creación de riqueza ha estado y sigue estando equivocadamente infravalorado (ídem).
El conocimiento: Cambió el desarrollo de los EE.UU.

A pesar de que Estados Unidos sigue siendo una gran potencia industrial, menos del 20 por ciento de su población activa trabaja en ese sector.  Hasta un 56 por ciento trabaja en el sector comercial, financiero y de servicios, estos no son trabajadores musculares. En esa nación la categoría de crecimiento más rápido es la de los profesionales, son los de mayor conocimiento intensivo. Esas personas desarrollan trabajos relacionados con el pensamiento. Están generando, procesando y transmitiendo conocimiento (íd. 161).

Una buena proporción de los trabajos manuales requieren  operaciones relacionadas con el conocimiento. Y eso no se contabiliza. El conocimiento que todos utilizamos para crear riqueza incluye conocimiento tácito o implícito difícil de cuantificar, está almacenado en nuestros cerebros.  Estamos «informados» de todo lo que rodea e incide sobre nuestro trabajo. Por otra parte el trabajo en equipo requiere de un tipo de conocimiento, y lo tenemos. De allí que para realizar mejor nuestro trabajo es indispensable que se produzcan cambios en nuestro conocimiento. El conocimiento incide en la economía real (ídem).
Se requiere conocimiento sobre el conocimiento

El conocimiento es vital en la vida cotidiana y en los esfuerzos productivos, y se da por un supuesto. Ese fondo de conocimiento con el cual realizamos las actividades, por estar en un segundo plano, pasa desapercibido para los economistas, y lo tratan muy poco  adecuadamente. Para crear el núcleo de la economía del mañana, necesitamos conocimiento sobre el conocimiento (ídem).

Los equipos de trabajo, las empresas, las industrias, las instituciones y economías enteras desarrollan, en un momento dado, su propia reserva de conocimiento colectivo.  Una parte se encuentra almacenada en nuestros cráneos, este es un taller en el que de continuo sumamos, restamos, combinamos y reordenamos cifras, símbolos, palabras, imágenes y recuerdos, ligándolos con emociones para formar nuevos pensamientos (íd. 162).

Dichos pensamientos adquieren formas y mayor significado, y a menudo se convierten en acciones. En el espacio mental se produce opinión, la cual es una fuerza de cambio en todos los órdenes. Con datos y conceptos entrelazados, cuidadosamente superpuestos o vinculados a otros conceptos elaboramos esas valiosas opiniones. Ese espacio mental está casi siempre en actividad, es un lugar dinámico y agitado que trabaja sin descanso, incluso mientras dormimos. Allí de continuo el conocimiento está mutando, generando conocimiento relevante que se añade sin cesar  a la reserva de conocimiento (íd. 163).
El conocimiento: Se almacena dentro y fuera del cerebro

El conocimiento relevante se almacena en el cerebro, pero la mayor cantidad acumulada del conocimiento del mundo se encuentra almacenada fuera del cerebro. En todas las épocas han existido soportes para almacenar el conocimiento, en la más remota antigüedad en las paredes de las cavernas con pictogramas o ideogramas, hoy en los DVD con un lenguaje binario. Hemos construido un megacerebro que funciona a velocidades sin precedentes y que acumula cantidad de conocimiento de todas las épocas. Lo que se almacena fuera del cerebro es ahora mayor de lo que se almacena adentro de él (íd. 163, 164).

El megacerebro se objetiva en soportes como los DVD
Ese «cerebro externo» se expande sin cesar, y lo que almacena equivale a medio millón de nuevas bibliotecas del tamaño de la Biblioteca del Congreso de Washington. Hoy existen seis mil quinientos millones de cerebros humanos, portadores de conocimientos relevantes, esa acumulación se constituye en la reserva de conocimiento de la especie humana. Ambas reservas son una riqueza revolucionaria (íd. 164, 165).
El cerebro externo cuenta con medios materiales cada vez más poderosos, más avanzados y más baratos.

El conocimiento: Es riqueza revolucionaria

Gracias a la revolución de las comunicaciones y sus redes, hoy ese conocimiento se organiza, es alcanzable y es distribuido. Se marcha hacia la creación de un metasistema de conocimiento global. El fundamento profundo del conocimiento transforma los vínculos existentes en el tiempo y en el espacio.  Si reconocemos el poder de estos nuevos vínculos, podremos apreciar que el conocimiento es una riqueza revolucionaria, cualitativamente distinta a la riqueza que sirvió de base a todas las épocas anteriores (íd. 165).

Lesk calculó que la memoria total de todas las personas vivas en la actualidad es el equivalente de mil doscientos petabytes de datos, lo que suena muy fuerte. El desafío es transformar esa información que poseen -sumatoria de datos-  en conocimiento, es decir, lo que sabemos en realidad, esto es, las interconexiones lógicas existentes entre ellos y los conceptos, la  cognoscibilidad, el conocimiento significativo, el conocimiento profundo. Si asumimos ese reto como naciones, ese fundamento de cambios, será tal, que sería insuficiente para describirlo el uso de la palabra revolucionario. Una profunda convulsión en el sistema del conocimiento mundial puede estar acercándose a su punto crucial (íd. 165/167).

Aprender a gestionar esas reservas (íd. 163), aplicar nuevas alternativas epistemológicas, organizar el pensamiento con otras modalidades, desarrollar aún más el enfoque de la lógica, nos ayudará a desplazarnos hacia ese necesario y urgente futuro (íd. 165).

Incomodísimo.com piensa que la economía basada en el dinero puede irse quedando a la orilla del camino por el que transitamos en esta promisoria época. Pero para que esto ocurra es necesario que el Estado se transforme en redes de individuos individuos asociados e indignados que asuman el liderazgo de este petacambio. El cerebro externo crea las condiciones objetivas para este parteaguas de la historia, proceso que provocará cambios con los cuales no ha soñado ninguna revolución. Las sociedades del conocimiento están sustrayendo por vías inéditas el poder a las corporocracias y a las elitecracias ilustradas y modernas. Un fantasma de indignación y de conciencia avanzada recorre al mundo, es el fantasma de la neoriqueza.   

0 comentarios:

Publicar un comentario

INSTRUCCIONES:
1.- Escriba en el recuadro su comentario.
2.- En "Comentar Como" seleccione Anonimo si no tiene cuenta de correo electronico de las opciones allí ofrecidas.
3.- Siga las demás instrucciones.