Carson IX: Balumba

5:50 Posted by Perro Senil.

El ciudadano está rodeado de productos mortales y mantiene contacto con ellos a pequeña escala, día tras día, año tras año. Ese vínculo con peligrosos productos químicos, puede sernos desastroso. Cada uno de esos roces con esos tentáculos de contaminación contribuye al progresivo envenenamiento por acumulación (Carson, 2001: 141).
Se rocían las casas con insecticidas corrientes para uso doméstico, el uso de los venenos en la cocina se ha hecho, mediante una balumba de propaganda, en atractivo. Se nos dice que no es dañino ni huele a nada. La jardinería también suscita a los insecticidas a ingresar a nuestros hogares, en este caso, no son sólo muy peligrosos como los domésticos, son supervenenos (íd. 142).



Al mercado ingresan un río incesante de nuevos preparados, para aplicarlos en la ropa o en la piel como repelentes, ceras garantizadas que matará a cualquier insecto que pase por encima, otros productos químicos venenosos están incorporados a pinturas o son un componente en los nuevos materiales sintéticos (íd. 142, 143).
En los alimentos que ingerimos en restaurantes están presentes esos productos -los análisis realizados a los alimentos han dado positivo- promovidos por la balumba de propaganda que  señala que es imprescindible su uso. Además, antes de recibir sus dosis de insecticidas en esos locales, esos  venenos ya vienen incorporados en las carnes  y en todos los productos derivados de la grasa animal, están en la mantequilla, quesos y productos lácteos, pues contienen fuertes residuos de esos químicos indeseables. El  Departamento de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos calificó este hecho de «muy descorazonador» (íd. 143/145).
Esos resultados positivos -sobre alimentos contaminados- alarman, porque los análisis realizados en las fuentes proveedoras de ingesta alimenticia señalan sobrecogedoras violaciones de las normas de seguridad en el empleo y uso de estos insecticidas, por ejemplo, los hortelanos aplicaban dosis superiores a las indicadas en las instrucciones de los productos y abusaban en el número de insecticidas aplicados, también ocurren contaminaciones por accidente que impregnan los alimentos ¿Pero nos protege el gobierno de semejantes cosas? No (íd. 146).

Las autoridades de sanidad permiten una pizca de veneno en nuestros alimentos -un poco de éste, un poco de aquel-, el nivel de tolerancia pasa por alto el amontonamiento de productos químicos de diferentes procedencias, por consiguiente no tiene significado hablar de «inocuidad». Se está autorizando la contaminación pública de la comida, al consumidor le dan el veneno sin miramientos (íd. 146/148).

La educación del público para que no acepte ninguna cantidad de residuos químicos, pasa por reglamentar la balumba de propaganda que hace atractivos a los insecticidas y como de uso imprescindible. El consumidor debe conocer la verdadera naturaleza de estos productos y su larga lista de víctimas. Estos productos que se ofrecen a la venta en las tiendas y supermercados son parte importante de un arsenal que cada día es más vasto de armas contra los comensales. Quienes lo compran tienen el derecho de saber el daño que causan al medio ambiente y esto se logra incorporando esa información en sus etiquetas y en los sketch publicitarios (íd. 148, 149). Estamos en el derecho de saber cuándo el alimento que adquirimos proviene de una localidad libre de venenos.  

GLOSARIO
Balumba: conjunto desordenado y excesivo de cosas.

Sketch: pieza breve, escena o historieta que se transmite por televisión.

Los insecticidas pasan por productos «caseros», «hogareños» y «familiares» en la balumba de propaganda con la cual somos bombardeados en la televisión y, no simplemente como lo que son: «Veneno» que no sólo causan víctimas entre las plagas, sino también sobre todos los seres vivos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

INSTRUCCIONES:
1.- Escriba en el recuadro su comentario.
2.- En "Comentar Como" seleccione Anonimo si no tiene cuenta de correo electronico de las opciones allí ofrecidas.
3.- Siga las demás instrucciones.