Fundación hispana III: «Pueblos cristianos»

6:26 Posted by Perro Senil.


Fundación hispana III: «Pueblos cristianos»

Las Capillas públicas como lugar donde se reúne toda la feligresía en ecclesia -iglesia-, hacía de estos templos el símbolo preeminente de estas poblaciones, de allí que las poblaciones son fundadas como «pueblos cristianos». Esta forma de concebir a los «núcleos poblados» tiene su origen histórico en la Reconquista de la Península Ibérica por parte de los Reyes Católicos, porque cuando recuperaban el territorio que estaba bajo el dominio de los musulmanes las poblaciones liberadas eran dotadas de inmediato con los símbolos de la cristiandad. En América esta tradición se replica, porque en opinión de los conquistadores estas tierras estaban en manos de idólatras, de allí que al fundar se libra una guerra de imágenes, los pueblos que se fundaban debían ser sometidos a ceremonias y rituales de la liturgia católica y los objetos sagrados del cristianismo debían inundar el espacio para apoderarse de él. Su condición de «pueblo cristiano» tenía que ser visible y enfatizada. El acto fundacional expresa todo ese simbolismo.
El crucifijo coronaba los templos, marcaba la plaza, estaba a la puerta de los cementerios, y se colocaba a la entrada de las poblaciones, para que el viajante supiese que estaba en las proximidades de un pueblo de impronta cristiana.

El Camino Real mediante el cual se comunicaban los pueblos formaba parte de esa imaginería, antes de ingresar a los pueblos o ciudades se colocaban cruces, en el caso de las ciudades eran tres -un Calvario como en Maracaibo-, y en los pueblos era una como en Cabimas. Entre esta cruz y el templo surgía un eje simbólico en el que subyacen las creencias católicas. Los oratorios formaban parte de esa realidad visiva. Y esa comunicación visual sacra era reforzada con los servicios que prestaba la iglesia, por ejemplo, con la escuela del pueblo -la cual era  sostenida con el fondo de dinero de la Capilla pública-, y en las ciudades sostenían los hospitales. El Campo santo también era un símbolo identitario, pues este era un sitio reservado para quienes habían hecho vida bajo los preceptos de la religión católica. Y el templo era el lugar por excelencia de la imaginería católica, con bultos (estatuillas) de la Virgen y los Santos, con crucifijos y retablos, relicario y copón, y la torre del campanario que hacía del tañido santo y seña de la población. La nominación de lugares, sitios, esquinas y la toponimia de la población, por lo general, era hagiográfica. En conclusión: La fisonomía y alma de estos pueblos era la católica.

La campana de la iglesia establecía códigos acústicos, señales que regían la vida cotidiana y trascendente de la comunidad. Su tañido marcaba los límites del poblado.

Además, la vida cotidiana de estas poblaciones estaba inmersa en los sacramentos, todos los momentos claves de la existencia eran consagrados por la iglesia católica mediante su clérigo: el nacimiento con el bautismo, la adolescencia con la confirmación, la formación de pareja con el matrimonio, la agonía con la extremaunción y la muerte con las exequias. Las misas y sus eucaristías, las confesiones, las procesiones y el calendario religioso con sus festividades hagiográficas creaban una rutina gobernada por el cura párroco auxiliado con sus monaguillos y cofradías. El rezo del Santo Rosario en la escuela, en la Iglesia, en las esquinas y en las casas era otra característica de estas vidas pueblerinas de una sociedad marcada por su carácter cristiano que imprimía a los pueblos una existencia confesional.

Y la principal fiesta anual era la del Santo Patrón o Santa Patrona del pueblo. El «pueblo cristiano» es un constructo histórico de las fundaciones hispanas. Las parroquias servían tanto para incorporar territorios al servicio de la grandeza del Imperio, como para «ganar y conservar almas» para la todopoderosa Iglesia católica. La fundación hispana convertía en el imaginario colectivo al templo en un sendero hacia la Ciudad de Dios, donde las jerarquías y las desigualdades de su población sobrenatural servían de modelo a las que existían en las ciudades terrenales.  Las fundaciones hispanas deben ser comprendidas dentro del contexto teológico que dominaba el modo de vida de aquella época, porque el referente actual es distinto, la presencia cristiana en aquellos tiempos se apoderaba de la cotidianidad. La Cabimas colonial es un polo distal de la subjetividad secular que identifica la Cabimas de nuestros días. No obstante, la Cabimas tradicional preserva vivo ese legado como patrimonio espiritual atemporal en sus actividades devocionales. Por todo esto, la fundación hispana de Cabimas en 1817 es ante todo la erección de un «pueblo cristiano».

La imagen de Santa Bárbara estaba presente en la Capilla pública que se fundó en Cabimas, formaba parte del imaginario de los creyentes de aquella comunidad. En la Capilla pública de Cabimas había un retablo de Nuestra Señora del Rosario, otro pequeño de los Dolores, el bulto de Santa Rosa con niño Jesús, y en el altar colateral un cajoncito con otro retablo de Nuestra Señora del Rosario, y allí mismo en sus nichos los bultos pequeños de Nuestra Señora de la Concepción y Santa Bárbara. La imagen de Santa Bárbara insertada pertenece al patrimonio del Estado Lara. El mundo colonial venezolano es profundamente católico.

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