Incomodísimo.com “No es un lujo, es una necesidad,” pero…

9:00 Posted by Perro Senil.

“…las necesidades son producidas, al igual que los productos …”  (Karl Marx: Grundrisse)

Sí fuésemos a escribir un magnífico mito para la historia del capital, el texto diría que, el capital produjo en la historia de la humanidad un portentoso Big Bang, a partir del cual se dio inició a un sistema-universo que fue expandiéndose por el espacio cósmico, con la característica prodigiosa, de que por el curso dónde esta poderosa fuerza iba irrumpiendo se destruían las condiciones que creaban un estado de escasez y, se iban instalando unas dinámicas fuerzas que creaban las bases de la abundancia, en otras palabras, el Big Bang del capital daba inicio al fenómeno de la universalización de la riqueza y a la significativa erradicación del atraso, el estancamiento y la pobreza. Fenómeno onírico, que en su aspecto demográfico/geográfico se pudiese representar con la metáfora de la locomotora autorenovable, la cual una vez que es puesta en marcha, a medida que va avanzando va adquiriendo cada vez mayor poder de arrastre debido a que va incorporando ingeniosos artificios en su maquinaria, razón por la cual podrá ir agregando nuevos vagones, donde, todos terminaremos siendo pasajeros de la modernidad y del progreso, dejando así sin pausa y sin desmayo atrás los tiempos oscuros de la prehistoria humana. Pero lo que Karl Marx observó en la historia del capital en vez de ser ese expectante panorama fue más bien algo abisalmente alarmante y, el filósofo István Mészáros lo evoca y amplía en su libro de título muy sugestivo “Más allá del Capital”.



Libro del cual hemos seleccionado sólo una página para mostrar a los bibliófilos la riqueza que contiene esta obra para los debates de perfil alto en la presente actualidad planetaria.

El capital para lograr el deseado crecimiento económico, con su respectiva secuela de avances, progreso, bienestar y modernización debió adquirir una forma y un contenido intrínseco y esencial que lo orienta a la búsqueda de la expansión, tendencia ésta que por su exigencia de rebasar límites le hace a su vez irrefrenable, aspecto éste que en su actual fase de producción global plantea indudables problemas, sobre los cuales opina István Mészáros que es “obvio que los logros se obtienen a un costo muy elevado, en verdad potencialmente casi prohibitivos (Mészáros, 2001: 203)”. Es sobre este “costo muy elevado” en que se detendrá esta reflexión, porque se pretende poner en cuestión el paradigma de riqueza en que se asienta la modernidad y el progreso capitalista.

El capital para alcanzar nuevas cotas de crecimiento, para lograr “la continuada expansión de la escala de operaciones” (idem), recurre cada vez más al arbitrio de obtener el crecimiento mediante la creación de nuevas necesidades, es decir, el capital no se limita a producir productos, sino que se dedica más bien es a producir necesidades para ofrecer a partir de ellas nuevos artificios (por ejemplo: los multimedios portátiles o miniaturizados) y de este modo ampliar el mercado con una demanda incontinente, pero cuando esta vía se toma, el asunto se torna crítico, porque “lo que con anterioridad parecía ser lujo aparece ahora como necesario…” entrevé Karl Marx (idem.).

Karl Marx ante ese hecho, que la gente de nuestros días resume con su sabia expresión “No es un lujo, es una necesidad”, introdujo un «pero» frente a esa pícara afirmación, y ese «pero» es de una gigantesca importancia, porque por esa vía de crecimiento capitalista la crítica marxista avizora un punto crucial, un límite, una frontera que al ser rebasada provoca que la economía pase a ser su contrario, es decir, se convierta en despilfarro, en palabras más precisas, la economía se transforma en lo que la niega.

El dilema pues, que presenta la modernidad y el progreso capitalista a la humanidad, se traduce en términos coloquiales en un ¿economizar o despilfarrar? Es indudable que al seleccionar la opción «despilfarrar» la expansión y el crecimiento económico se reimpulsan, pero también es obvio que para la economía integral y/o holística esa opción es antitética (contradictoria) porque el costo es muy elevado.

Cuando lo que con anterioridad parecía ser un lujo y ahora es una necesidad surge la redundancia del consumo (ebriedad) y una demanda incontinente (obsesiva) que transforman al hecho económico en una potencial amenaza, puesto que ese consumo y demanda innecesaria se convierte en el modo de vida "normal", y es tal cosa lo que en nuestros días está sucediendo a escala global. Este tipo de riqueza caracterizada por una abundancia inane (fútil) lleva al sistema a su máxima expresión, pero de modo simultáneo marca el momento en que se alcanza el cenit de la producción (apogeo), fenómeno histórico que István Mészáros denomina como la consumación de la ascensión histórica del capital (idem), es decir, su extinción.



Filósofo István Mészáros, profesor emérito de la Universidad de Sussex, nació el año de 1930.

No es sólo la pobreza de los excluidos lo que amenaza al sistema capitalista planetario (con la cual la tradición asocia al marxismo), es sobre todo el paradigma de la riqueza que ha echado a andar y que una vez en marcha los controles jerárquicos del sistema no puede detener (irrefrenable) lo que producirá el colapso de la civilización que erigió el capital (es lo que en realidad plantea Karl Marx como el punto  crucial), porque esa riqueza entraña costos muy elevados para la economía holística e integral. Y por principio los costos finales son los que legitiman a la economía o la descalifican.

Cenit: Momento culminante o apogeo, después de ese momento viene el descenso.
Redundancia: Demasiada abundancia o repetición inútil (rebasa lo necesario, excesivo).
Inane: Vano, fútil, inútil.
Antitético: Realizar una afirmación contrariándola con la afirmación opuesta, es decir, sostener la tésis antagónica (antítesis) (Ejemplo: Esto no es economía esto es despilfarro). 
Abisal: La región más profunda del mar ("Lo que Karl Marx observó en la economía es algo abisalmente alarmante": porque en su región profunda entrevé que se transforma en su negación, es decir, en una forma de relacionar a los hombres entre sí y, al hombre y la naturaleza que no guarda relación con un metabolismo armónico. El metabolismo son las interrelaciones que son básicas para la vida, son sanas cuando garantizan la forma adecuada de crecer, reproducirse, responder a estímulos, liberar energía, recomponer enlaces, construir componentes, economía de los recursos, etc. ).
Expectante: Esperar con curiosidad y  tensión un acontecimiento (Del vertiginoso desarrollo histórico del capital lo expectante era el obtener de él, al fin, la liberación del hombre de la escasez, pero lo que se está obteniendo en su fase más avanzada es una enorme capacidad destructiva del patrimonio de la humanidad y del planeta, lo cual es de un costo muy elevado para el bienestar de quienes están incluidos como beneficiarios de este sistema económico).

REVISIÓN: Efectuada el 4 de agosto de 2010 (Versión II).


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