Incomodísimo.com Revolución espacial III Un coloso

10:43 Posted by Perro Senil.

III: Varela y Barcena: El Coloso Imperial del Águila bicéfala.


Manuel de la Barcena desde México publica el Manifiesto al Mundo de la Nueva España (1821), allí da a conocer la visión de la forma que debía adquirir esta región que “a su juicio, no debía formar una sola nación, sino dividirse en muchas (…) [por] la heterogeneidad de derechos entre los súbditos (…) y la gigantesca extensión del reino, que impedía (…) se organizara como una simple monarquía (…) y la obligara a adoptar la forma de un gobierno imperial. Por la vía del excepcionalismo” (Rojas, 2009: 87) Esta es una versión de la ingeniería simbólica que tomaba distancia de la americanidad republicana bolivarista; desaconseja pues Barcena una simple monarquía pues ésta daría lugar a la fragmentación de esta vasta región del virreinato de la Nueva España (México) y propone que se constituya un gobierno imperial.

Comenta Rafael Rojas que “El principal énfasis del Manifiesto al Mundo (…) es la idea de que la colonia novohispana se había desarrollado tanto bajo el imperio español que, a principios del siglo XIX, estaba en condiciones de constituirse ella misma en una nueva nación y, sobre todo, un nuevo imperio” (idem). Y agrega Rafael Rojas que la idea de Barcena guarda “un parentesco con la argumentación que encabezaba la proclama del Plan de Iguala: la grandeza de España se había trasplantado en la Nueva España, y ahora el inmenso virreinato (…) tenía que conformar el imperio de la América Septentrional” (idem).

Según el parecer de Rafael Rojas la independencia en esta propuesta “no era presentada como un acto de deslealtad sino como un reclamo o una demanda legal y pacífica a la metrópoli peninsular” (id. 88) y cita un pasaje de Barcena en la que afirma:

 “¿Qué fue lo que juramos? ¿Fidelidad al Rey? Se la guardamos; que nos gobierne el Rey, eso es lo que queremos (…); pero no a los virreyes (…) no a los intrusos (…) no a los tiranos (…) somos leales al Rey, pero no somos fatuos (…); no hemos jurado ser bestias” (id. 88).

Rey Fernando VII


¿Cómo podía construirse el imperio de la América Septentrional? La respuesta la ofrece Rafael Rojas al señalar que “en las páginas finales del Manifiesto, Barcena optaba porque el trono de la Nueva España fuera ocupado por Fernando VII” (id. 89), decía Barcena “España (…) corona tu obra (…) danos un Rey (…) Danos un Rey, y tendrás nuestra plata y nuestro oro (…) ¡Ojalá que Fernando pudiera estar sentado en dos tronos al mismo tiempo!” (id. 89, 90). Todo esto le valió a Barcena movilidad política -señala Rafael Rojas- ocupó destacados cargos junto a Agustín Iturbide, Barcena desarrollo una política reaccionaria cercana a un Tribunal del Santo Oficio, su perfil fue proclerical y contrailustrado, pero la experiencia del imperio de Iturbide fue breve, sobrevino la república y Barcena no abrazó esta causa, el presbítero entonces se separó de la política y regresó a sus funciones eclesiásticas (…) hasta su muerte en 1830 (id. 91, 92).

A Barcena lo acompañó en esa aventura intelectual de crear un Coloso Imperial -donde quedase unida la Vieja España y la Nueva España (México)-, Félix Varela, la premisa de Varela para realizar ese proyecto conservador era poner en práctica el autogobierno sin interrumpir las relaciones y estrechando los lazos que deben unir a los españoles de ambos hemisferios (id. 84) “La metáfora utilizada por Varela no podía ser más elocuente: “erigir un coloso estribado en dos mundos, y cuyas partes perfectamente asimiladas no puedan separarse” (id. 85). En pocas palabras -indica Rafael Rojas-, el proyecto de Varela y Barcena era el de que entre Madrid y México las relaciones económicas y políticas fuesen las que caracterizan a una confederación (id. 89).

El sueño de estos dos visionarios, Barcena y Varela, era la de erigir un Coloso Imperial que correspondía al “mito del águila bicéfala [que] tenía una larga tradición en los reinos peninsulares. A través de Bizancio, la fórmula de los dos tronos había pasado a España con Carlos V, y se había mantenido como símbolo de la dinastía de los Habsburgo hasta 1700 (…) tradición pactista (…) aprovechada por Félix Varela y Manuel de la Barcena en los últimos años del imperio borbónico en Hispanoamérica” (id. 90). La esencia del proyecto era un pacto entre la Nueva España y la Vieja España para crear un Coloso que garantizase la unión del Imperio iberoamericanocaribeño y cobrase la fuerza para coexistir con las nuevas potencias noratlánticas.

Esas reformas de gran alcance propuestas por Varela en 1822 fueron respaldadas en Madrid por algunos diputados, Varela era representante en las nuevas Cortes, pero sus ideas nunca fueron debatidas debido a la disolución de las Cortes en 1823 (id. 84, 85). La idea de la formación de esa poderosa nación conformada por dos imperios, México y España se hizo aire, fracaso pues esa ingeniería simbólica que intentó preservar el inmenso imperio hispano, salvar la monarquía y entronizar a los nobles mexicanos requería del entusiasmo generalizado de las Cortes hispanas y no fue esto lo que sucedió, la segregación de los indianos (descendientes de españoles en América) por los peninsulares era un abismo casi imposible de salvar. La independencia de América desató una magnifica Batalla de ideas en Londres, París, Madrid, Cadiz, Filadelfia, Nueva York, Washington, México, Caracas, Bogotá, Quito, Lima, La Paz, Santiago, Buenos Aires y Río de Janeiro, no fue pues sólo una guerra convencional fue un estallido intelectual que tuvo por pivote dinamizador al Libertador Simón Bolívar (Rafael Rojas lo utiliza como referencia obligada a todo lo largo de su extraordinario trabajo "Las Repúblicas de Aire).

La batalla retórica en las Cortes de España no se agotó con la que libró Barcena y Varela, otro imaginario hispánoamericano fue expuesto en esa sala de deliberaciones, pero en esta nueva ocasión, el proyecto aún cuando conservaba los anhelos de obtener una mayor autonomía y la de tener el derecho de erigir autogobiernos,  sin embargo ahora propone la forma republicana, pero garantes de la pervivencia monárquica en el sistema. Los protagonistas de esa propuesta/proyecto fueron los diputados americanos Zavala, Gómez Navarrete y Molinos del Campo.

En las próximas 24 horas se publicará un artículo donde se narra el esfuerzo y los propósitos que alentaban este otro esfuerzo de ingeniería simbólica con la cual se pretendía construir nuevas identidades para la americanidad. Además, se incluirá en breves líneas un arrebato por el código de Washington que sufrió Fray Servando Teresa de Mier.

TODAS LAS LINEAS RESALTADAS OFRECEN UN ESQUEMA DE LAS IDEAS PRINCIPALES CONTENIDAS EN EL TEXTO, INCLUSO PERMITEN AL LEERSE DE FORMA CORRIDA UN RESUMEN DEL ARTÍCULO. 

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