Incomodísimo.com Rev. esp. V El Mississippi

11:05 Posted by Perro Senil.

V Zavala y Poinsett, Narciso López y Cora Montgomery: El imperio sureño del Mississippi.


Dice Rafael Rojas que el mito estadounidense tiene una influencia significativa en la construcción de los nuevos Estados Nacionales de Hispanoamérica, asunto innegable, que servirá a este historiador y ensayista para mostrar los resultados históricos que este mito tuvo al unir las voluntades políticas del mexicano Lorenzo Zavala y el estadounidense Joel Robertson Poinsett. Narra Rafael Rojas que en 1822 regresa Zavala de las Cortes de Madrid y para ese mismo momento Poinsett visitaba el México de Iturbide, presentándose la oportunidad de que se conocieran ambos personajes y establecieran una amistad [que traerá devastadoras consecuencias para México] (Rojas, 2009: 244).

Diplomático y naturalista Joel Robertson Poinsett.

Las actividades de Poinsett tienen significación para este continente desde 1810, ese año el presidente norteamericano Madison le encomienda viajar por Sudamérica y este diplomático llega en 1811 “cuando la soberanía de los Braganza pasaba de la metrópoli a la colonia, dando lugar al Imperio del Brasil, y cuando en las provincias del Río de la Plata, la banda oriental uruguaya y Chile se iniciaba la guerra de independencia” (id. 246). Estando, Poinsett, en Río de Janeiro se impresiona de las potencialidades de ese gran imperio, “en las que deja ver cierta preocupación ante la amenaza que pueda representar para la hegemonía de Estados Unidos, sobre todo por el fuerte vínculo que puede establecer la corte brasileña con las monarquías latinas y católicas europeas” (id. 247). Comentando Rafael Rojas que “La inquietud de Poinsett se inscribe plenamente en los tanteos del primer expansionismo de Estados Unidos” (idem). De Brasil pasará Poinsett en misiones al cono sur donde se involucrará en el proceso independentista que allí está en marcha, lo hace para contrarrestar “la poderosa influencia de Gran Bretaña en la región” (id. 252). Poinsett viaja por la Argentina, Chile y México durante ese largo período que va de 1810 a 1830 encomendado por los presidentes estadounidenses Madison, Monroe y Quincy Adams.

El año de 1822 Poinsett llega a México y dictamina que la política exterior del imperio iturbidista está ubicada en la Gran Bretaña y Europa, razón por la cual señala la inconveniencia que eso puede traer a una buena relación con los EE.UU. y concluya, en consecuencia, que el gobierno de Iturbide es tiránico, es un gobierno que no se funda en la opinión pública, y se establece y se mantiene mediante la corrupción y la violencia (id. 259). Poinsett pues, descubrirá que “la antigua Nueva España sí podía transformarse en república. Muchos (…) de los personajes con quienes habló eran opositores del imperio de Iturbide y le demostraron simpatías por el sistema federal de Estados Unidos. Al año siguiente (…) Poinsett pudo ver que (…) México dejó de ser el Imperio de la América Septentrional y se convirtió en un nuevo país los Estados Unidos Mexicanos. Él sería el primer representante diplomático de Washington ante esa nación que adoptaba la misma forma de gobierno que sus vecinos” (id. 260).

Lorenzo Zavala, del cual ya sabemos sus actuaciones en España, fue uno de los artífices de aquel tránsito acelerado del Imperio de Iturbide a la primera república federal en México (id. 260). Pero no se detiene allí el protagonismo de Zavala en aquel proceso que complacía la política de Washington “Con el ascenso de Santa Anna, fue nombrado ministro de México en Francia (1833-1835), y luego del giro constitucional al centralismo, en 1835, se involucró en el proceso de independencia de Texas, de cuya primera república llegó a ser vicepresidente” (id. 261).

Poinsett y Zavala se involucraron en la cuestión del separatismo texano, incluso Zavala recibió instrucciones de Poinsett de sondear al gobierno mexicano sobre la posibilidad de comprar Texas (id. 265). Zavala estando en esas misiones a favor del plan de Poinsett conoce al socialista norteamericano Robert Owen por intermedio del mismo Poinsett y en 1829 se suma a las idea de este socialista de solicitar al gobierno de México un pedazo de territorio tejano para fundar una comunidad utópica entre las dos Américas que, en el parecer de Poinsett-Zavala, podría funcionar como árbitro de los conflictos entre Estados Unidos y México (id. 274), es decir, ve en Owen la oportunista posibilidad de hacer una “punta de playa” que sirviese con posterioridad a la invasión y ocupación de aquel territorio para anexarlo a Norteamérica. En aquel retorcido y pervertido plan el distrito que tendría bajo su jurisdicción Owen quedaría localizado a todo lo largo de la frontera de Estados Unidos (id. 275). Pero lo de Owen no prospera y el camino que se emprende es el de independizar aquel territorio de México, es así como Zavala en concupiscencia con Poinsett participa de la creación de la República de Texas, siendo nombrado vicepresidente de la misma, más adelante Zavala alienta y logra la anexión de aquel territorio a los Estados Unidos (id. 280). Estaba pues en marcha con estas acciones otro proyecto de unión, éste no era ni con España ni con la América Meridional de Bolívar, era con los Estados Unidos de Norteamérica -más adelante, en la segunda parte de este resumen, se verá el otro derrotero o azimut que toma este proyecto cuando la geopolítica asigne un papel estelar al río Mississippi con el imaginario de Cora Montgomery-.

En otro frente expansionista, Poinsett se interesa en Cuba, esto ocurre cuando desde México se pretende dar apoyo a la independencia de la isla, entonces, Poinsett se opone a esa actitud de México (id. 292) -que es también la posición de Colombia la de liberar a esas dos islas- y en un “informe que enviará al presidente Monroe, en 1823, [destaca] la importancia de la isla para los estados sureños (…) dada su ubicación en el plano militar, Cuba -señala- es importante para la seguridad de nuestras fronteras marítimas del sur, por lo que debemos evitar a toda costa que sea ocupada por una potencia extranjera o se convierta en una mancomunidad negra” (id. 263).

El expansionismo norteamericano tendrá pues en Poinsett y en Zavala dos protagonistas de excepción, pero también podría ilustrarse de manera icónica con la figura de Jane McManus Storm Cazneau quien hizo amistad en Texas con Zavala. Jane vivió hasta 1832 en Nueva York, y se instala en Texas con su primer esposo Robert McManus, se dio a conocer en los periódicos norteños como Cora Montgomery publicando artículos donde defendía el proyecto de un estado esclavista sureño en el antiguo territorio mexicano (id. 280). Cora proponía una agresiva política fronteriza por parte de Estados Unidos contra México con un libro que publica -uno de sus varios- y la justificaba por diversos medios descalificadores a aquella república latina, en consecuencia, pedía la destrucción del “peon system” en el territorio mexicano que implicaría de hecho, una expansión territorial de Estados Unidos (id. 281).



Con el cognomento de “La amante del Destino Manifiesto” se conoce a Cora Montgomery, porque mediante su imaginario político se sentaron las bases para esa política que proclamó los Estados Unidos de Norteamérica desde la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días –su importancia en la historia entonces la ubica como la contrafigura de Simón Bolívar-. La portada del libro que se reproduce arriba es una biografía de Jane McManus Storm Cazneau o Cora Montgomery.

La Montgomery se casa en segundas nupcias con el empresario y legislador tejano William I. Cazneau, quien respalda la ampliación territorial de Estados Unidos hacia México, el Caribe y Centroamérica, como parte del proceso de expansión sureña iniciada con la independencia de Texas en 1836 y su anexión a Estados Unidos en 1845” (!!!) (id. 310). Es así como Cora a principios de los 50, instalada en Nueva Orleans, comenzó a promover el proyecto expansionista ligado a la acuática del delta del Mississippi, el Golfo de México y el Caribe (id. 282). Cora Montgomery defendió la expansión de Estados Unidos sobre las islas caribeñas, siguiendo la lógica del incremento de los estados sureños esclavistas (id. 283).

Es en ese contexto que en esas localidades del sur de los Estados Unidos, Kentucky, Mississippi y Louisiana, sirven de base a las expediciones que al mando del venezolano Narciso López (1) pretenden la independencia de Cuba para anexarla a la federación estadounidense (id. 283, 294) En casa de Cora incluso vivió durante un tiempo el cubano Betancourt Cisneros, quien era el líder intelectual de los anexionistas (id. 292). Es el momento pues, en que con la fuerte inmigración de cubanos a EE.UU. entre las décadas del 40 y 50 se funda el Club de la Habana que promueve la compra de Cuba por los gobiernos de Estados Unidos (id. 291). Y cuando se intenta poner en armas a Cuba para sacar a los españoles y luego establecer alianza con la federación de Estados de Norteamérica. El general Narciso López es el brazo armado de ese proyecto, pero esa vía no goza de amplia simpatía en las altas esferas del gobierno estadounidense, allí prefieren negociar la adquisición de ese territorio a la Corona española, como lo vienen haciendo a todo lo largo y ancho de en esta parte del continente americano comprando a franceses, ingleses e incluso lo harán con los rusos -será un nuevo medio para lograr el expansionismo-.



Pero la actividad de Cora, en realidad, no era a favor de la Unión, es decir, la nación norteamericana, sino que era un proyecto más bien de y para la confederación sureña, esto es, los estados esclavistas de la Unión, quienes ya habían logrado sumar a esa comunidad a California, Oregon, Minnesota, Nuevo México y Texas y a la cual pretendían agregar a Cuba, abriendo con esa nueva adquisición la puerta de la expansión hacia el Caribe (id. 293) Cuba, decía esta activista del expansionismo sureño, parecía colocada por el “dedo de la Providencia” como una llave entre el Atlántico y el Golfo de México. La anexión de Cuba era, pues, la mejor manera de comunicar las dos rutas fundamentales del sur de Estados Unidos: la del Atlántico y la del Mississippi (id. 292).

Cora decía que la incorporación de Cuba y Puerto Rico a los EE.UU. era un deseos “mayoritario” entre los criollos de esas islas (id. 292). Para ese entonces Nueva Orleans había remplazado a Filadelfia en relación con Hispanoamérica a mediados del siglo XIX y es allí donde se instala Cora para estar en contacto con la gran colonia de hispanoamericanos que viven en esa ciudad. Montgomery hablaba del Mississippi como una arteria fluvial que descendía desde los estados “negrófilos” del Norte y desembocaba en el Golfo de México, y, a través de Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, en el Caribe, veía la señal propicia de un naciente imperio que asegurará la prosperidad de la economía de plantación azucarera esclavista (…) La Confederación sureña era, a su juicio, pues, una “noble maquinaria” que debía expandirse hacia las últimas posesiones españolas en el Caribe con el fin de consolidar la hegemonía hemisférica del imperio republicano que ella había construido en el “imaginario” con su ingeniería simbólica (id. 299, 300).

Si la labor diplomática de Poinsett inspira la Doctrina Monroe, los artículos y libros de Cora Montgomery serán los que son aprovechados por Jhon L. O´Sullivan para elaborar la teoría geopolítica del Destino Manifiesto (id. 310), teoría mediante la cual los EE.UU. proclamarán al mundo que la Providencia les ha reservado ser el nuevo “pueblo elegido” en este mundo moderno. El senador sureño Sullivan es amigo de Cora (id.294).

Este imaginario -Imperio de los estados esclavistas del Sur de los EE.UU.- se arruinó cuando fracasan las tres expediciones de Narciso López y, éste fue capturado y ejecutado (id. 295, 314), y se arruinó también con la derrota de los esclavistas confederados en la guerra civil” o Guerra de Secesión (id. 295). Corresponderá pues a los Estados Unidos como nación industrial llevar a cabo ese proyecto, pero la vía que empleará ahora no sólo es la anexionista, descubrirá otra forma de dominio más efectiva, la del imperialismo económico (id. 316) que se realiza, en este caso, con el crecimiento del comercio estadounidense en las Antillas, lo que indica que ahora, además, del arbitrio de las expediciones militares, está la vía diplomática y mercantil (id. 315). No queda duda que este proyecto de republicanismo imperialista tiene mucho que ver con el código de Washington (id. 233).

Europa mediante la Doctrina Monroe no podría poner sus manos sobre Cuba y los EE.UU. la ponen sobre Puerto Rico con el Destino Manifiesto. La hegemonía de Norteamérica se desarrolla con el imperialismo diplomático, mercantil y, en especial, con la actuación de los marines, ésta hegemonía de alcance mundial tuvo su primer teatro de operaciones sobre este continente y, en vez de realizar un proyecto integracionista del resto de la América con los EE.UU., lo que se materializó fue denigrante, porque aquel imperio industrial redujo a la calidad de “patio trasero de los Estados Unidos de Norteamérica” a los Estados independientes de la América hispanohablante. No era, ni fue, ni es un proyecto integracionista; era, fue y es un proyecto colonialista.

Corolario: Con magistralidad Rafael Rojas concluye que “La independencia, además de una guerra, era una revolución intelectual (…) era preciso abandonar el modo antiguo de pensar la comunidad para organizarla republicanamente” (id. 107). En este sentido, Rafael Rojas, asigna al Libertador su participación en ese proceso una categoría de integral, puesto que Bolívar como soldado, como estadistas y como pensador tuvo una relevancia de primera línea (id. 359). Se puede agregar que toda esta pléyade de personajes que Rafael Rojas trae a colación en las páginas de este extraordinario estudio formó parte de esa revolución intelectual que tenían por tarea “imaginar” naciones y, que las naciones que se imaginaron y por las que se luchó fueron muy diversas, razón por la cual no se puede catalogar estos hechos históricos sino como una “revolución espacial” (id. 325). Pero por otra parte, se puede decir, que cuando ese sonoro estallido del pensamiento tomó la forma de una genuina diáspora de ideas, dejó a los mismos hechos empequeñecidos, porque esa explosión intelectual con su “ingeniería simbólica” diseñó diversos organismos históricos en todo lo ancho del espectro político muy superiores a los logros históricos alcanzados -numerosas republiquetas alfeñiques-. Algunos de esos "imaginarios" podían ser utópicos otros no, lo cual permite inferir que existió la posibilidad de resultados diferentes a los que se alcanzaron, y algo más importante aún, que el que resultó constituido no tiene que ser erigido en el “normal”. A nuestro parecer y criterio, el que cobró forma y se “consolidó”, es más bien lo más alejado de lo que debería ser lo “normal”, porque corresponde a la dialéctica del desmoronamiento -que tanto temían, previeron e intentaron evitar Bolívar y Sucre-, fue esa lógica fragmentaria lo que convirtió a las Repúblicas en Aire. Con la contrarrevolución se anuló la americanidad como fenómeno ontológico posible, como entidad realizable. La dialéctica del desmoronamiento fue impulsada sin tregua y sin descanso por quienes Sucre catalogó de “imbéciles” o de la “gentecita con la que lidiamos”, fueron ellos los que condenaron a que esta América Nuestra suplantase en ese siglo XIX las luces por las sombras, porque el “imaginario” de estos inbéciles no estaba a la altura de la “revolución espacial” que estos pueblos demandaban para convertir su riqueza potencial en un Nuevo Mundo.

(1) Narciso López: Durante el proceso de emancipación de la América Hispana sirvió en el Ejército español, luchando entre otras batallas en las de Las Queseras del Medio en 1819 y Carabobo en 1821 donde dirigió el Regimiento del General de la Quinta División del ejército del Mariscal Miguel de la Torre, su última actuación en Venezuela, fue en la Batalla naval del Lago de Maracaibo (Última batalla de la independencia de Venezuela), donde al ser destrozada la flota española, huyó a Cuba con un grupo de marinos del lado realista. Al independizarse Venezuela llegó a Cuba con los restos del Ejército español, en 1823. Tanto la bandera como el escudo de la República de Cuba fueron idea original de este venezolano de la cual se encargó plasmar su diseño definitivo Miguel Teurbe Tolón. Este héroe de los realistas fue ejecutado por alta traición mediante garrote vil en La Habana el 1 de septiembre de 1851 (Tomado de Wikipedia proyecto colectivo que se prestigia cada vez más como auxiliar de un conocimiento general).

Poinsett naturalista: La planta emblemática de la Navidad lleva su nombre científico en honor del naturalista Joel Robertson Poinsett, es la Poinsettia (nombre científico) o “Flor de Navidad” (nombre vulgar) característica por sus crótalos rojos.

Destino Manifiesto: Justificación del expansionismo norteamericano. Sullivan propuso en su artículo Anexión en la publicación Democratic Review “extendernos a todo el continente que nos ha asignado la Providencia”.

Doctrina Monroe: Se sintetiza en la frase “América para los americanos” pronunciada por Jhon Quincy Adams y presentada por el presidente Monroe en el Congreso. Fue un mensaje dirigido a las potencias europeas para que respetasen las prerrogativas que sobre este continente tenía la hegemonía norteamericana.

Cognomento: En la antigua Roma los ciudadanos varones tenían praenomen, nomen y cognomen. Eran, respectivamente, nombre de pila (Cora), nombre de familia (Montgomery, es decir, el apellido) y nombre de la gens (la familia basada por la ascendencia masculina, en este caso sería la de los propulsores del Destino Manifiesto). Coloquialmente es sinónimo de apodo (La amante del Destino Manifiesto).

Concuspiciencia: Es lo que sufre quien está entregado al deseo ansioso de bienes materiales y con un apetito desordenado por los vicios.

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4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Excelente!

Anónimo dijo...

Debieran ser más cortos.

Anónimo dijo...

No conocía ese personaje: Cora Montgomery.
Su proyecto de un Imperio fue muy interesante y en nuestros colegios no nos hablan de esos hechos.

Anónimo dijo...

Es buerno poder leer un libro todas las semanas mediante esos resumenes.
Gracias.

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