Incomodísimo.com Perdiendo la apuesta.

20:06 Posted by Perro Senil.

Para el norteamericano de clase media los últimos años no han sido buenos, la renta mediana es inferior a la de 1999” señalan Stiglitz y Bilmes en su libro publicado en el año 2008. En esas condiciones retrógradas, para los estadounidenses, las noticias de que “la guerra costaría poco y se pagaría a sí mismo” y de que “los gastos en esa aventura se financiaría por medio de préstamos” y, de que “esa guerra en particular sería un gran negocio” y, de que “así se garantizaría un suministro petrolero más estable y con precios menores”, la guerra era más que una amenaza más bien una expectativa de recuperación de su estándar de vida, en consecuencia, apostaron por esa guerra.

Joseph Stiglitz y Linda Bilmes

Stiglitz y Bilmes –uno Premio Nobel de Economía y la otra catedrática de la Universidad de Harvard experta en finanzas- señalan que “se crearon falsas expectativas sobre la guerra”, se llegó a decir –citan a una alta autoridad del gobierno de ese país- de que “la guerra será buena para la economía”. Pero lo que ocurrió fue todo lo contrario, señalando entre otras cosas las siguientes:

Portada de la edición en ingles de su libro.

1. El coste directo de las operaciones militares excede a los cinco años el coste de los doce años de la guerra de Vietnam y el doble de la de Corea, es decir, en vez de una guerra que costaría poco resultó en la guerra más cara de todas las que ha realizado los EE.UU. La segunda guerra mundial tuvo un coste de 5 billones de dólares en cuatro años, es decir, su coste fue más alto que el de la actual guerra, pero el coste por soldado de aquella guerra fue de 100.000 dólares, mientras que en la de Irak subió a 400.000 dólares, lo que indica –entonces- que en definitiva es la más cara.

2. En este período –quinquenio- el precio del petróleo ha pasado de 25 dólares a 110 dólares, lo que de nuevo reafirma que los pronósticos estuvieron muy lejos de lo que verdaderamente ocurrió en la realidad.

3. Los costes presupuestarios de la guerra de un modo muy conservador es de 3 billones de dólares y los costes económicos totales de 5 billones de dólares sólo para los EE.UU. , porque esas cifras no reflejan el enorme costo para el resto del mundo. Lo cual como es lógico traerá para norteamérica una menor demanda de productos del mercado mundial por parte de esos países, ya que ellos han sustraído de sus reservas económicas ese dinero, han debilitado sus economías y tienen ahora una energía más cara.

4. La guerra en los EE.UU. desplaza inversión privada, desvía gastos públicos de las escuelas, carreteras, investigaciones y otras áreas que a corto plazo hubieran estimulado la economía y la hubieran robustecido a largo plazo, por lo contrario, el efecto será demoledor a mediano y largo plazo.

5. Para los EE.UU. la guerra llevará para el año 2011 el nivel de endeudamiento a representar el 10% del presupuesto federal, lo cual es una señal de síntomas que deben alarmar a quienes cuidan de la salud de esa economía.

6. Como esos gastos se hacen con cargo a déficit son, entonces, costes diferidos, lo que quiere decir que se han realizado para que los asuma otra generación, lo que no resulta muy estimulante, porque se han llevado a cabo en momentos en que se han rebajado los impuestos a los ricos. Esto como es obvio va a traer conflictos sociales muy sensibilizados y muy reactivos.

7. Los estadounidenses en general en estos cinco años de guerra contra Irak percibieron y perciben hoy en día que la guerra les estaba y les está costando cara, y se están emepezando a dar cuenta que los costes futuros se habían pasado por alto y que es difícil encontrar ganadores. Además tienen cada vez más claro que favoreció a unos pocos y de manera espléndida, mientras que vastos sectores de la economía y de la población ha salido perjudicada.

8. Para el colmo el balance en sólo cinco años de guerra era de 4.000 soldados muertos, 7.300 enfermos graves por exposición a la guerra química-radioactiva que su país ha lanzado sobre aquel pueblo inerme, 58.000 heridos y 100.000 soldados con trastornos mentales. Los cuales quedan retirados de la fuerza productiva de esa nación constituyéndose así en pérdidas de rentas que estos individuos hubieran podido generar si hubiesen llevado una vida normal.

En conclusión, los EE.UU. como nación apostaron que con la invasión de Irak su economía resultaría fortalecida y, resultó contra todo pronóstico que perdieron la apuesta, su economía se ha debilitado y la energía a gran escala no ha caído bajo su control. Y perdiendo la apuesta no sólo pierden la pretensión de constituirse en una potencia hegemónica planetaria, lo cual es un gran golpe psicológico para esa nación, sino que al hacer “guerras a crédito” pueden hundir a la banca internacional del Primer Mundo lo que resultaría catastrófico para el sistema capitalista global.

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