Incomodísimo.com Comida veneno. II

7:28 Posted by Perro Senil.

Lo primero será, entonces, saber qué es lo que comemos, cuando la mesa la sirve la agroindustria. Dice la Goodman que “el cultivo de los alimentos [emplea] sustancias que, en algunos casos se inventaron para utilizarlas en las guerras”. Jane Goodall señala:


“Desde la Segunda Guerra Mundial, cuando a los científicos se les ocurrió por primera vez que el gas tóxico utilizado en la guerra se podía emplear contra los insectos que se comen los cultivos, la industria agrícola se ha vuelto cada vez más dependiente de la química. Pero ha resultado una alianza maligna y muy destructiva”

Si esto es cierto, entonces, ¿Hemos puesto en marcha una agricultura bélica?, es decir, la agroindustria en sus actividades utiliza productos letales. No queda duda de que emplea técnicas cada vez más agresivas para ponerse en contacto con los ecosistemas, emplea –por ejemplo- sustancias químicas para aniquilar los insectos y salvar así de daños a los alimentos de los humanos, hecho muy loable, pero quién nos garantiza que tampoco es conveniente que nosotros los mordamos debido a los efectos acumulativos que se producen a largo plazo. El hecho es que:

La agricultura química nos ofrece alimentos cultivados con insecticidas, plaguicidas, herbicidas, pesticidas, matamalezas, fertilizantes y modificaciones genéticas, estas últimas tienen el caché de hacer a las plantas comestibles tolerantes a los químicos que se rocían sobre el área de siembra o bien [o mal] las hacen producir tóxicos, de tal modo que si un “bicho” le pega un mordisco muere. ¿Qué nos vende, entonces, la agroindustria: alimentos sanos o venenos con forma de alimento?

Las indicaciones que nos giran es: “lávelas antes de ingerir”, pero no se señala –por ejemplo- que los químicos empleados en el cultivo no sólo envenenan a los insectos-bichos sino también a los insectos-beneficiosos, y que asesinan también a los pájaros que comen insectos o que picotean los frutos rociados con plaguicidas, y que roedores, rumiantes, peces y los microorganismos del suelo caen también mortalmente heridos en esa Gran batalla de las empresas agrícolas contra el eje del mal conformado por los bichos-malos y las malezas-bárbaras. Tampoco aparece en las “Indicaciones” o “Instrucciones” que la sociedad humana con todo lo avanzada que dice que es –¡lo pongo en duda!- no lava el aire, ni lava las aguas y tampoco al medio ambiente que contamina esa agricultura oscura. La agroindustria pues, ha declarado en el campo una guerra contra la Naturaleza conflicto no recomendable, pues como todos sabemos, al final, la Madre Tierra propinará una derrota total al Mariscal Monsanto y a sus Generales Seminis, Dupont y Dow (empresas creadoras, productoras y vendedoras de venenos contra la vida) quienes dirigen las alevosas Fuerzas Agrícolas Oscuras (la FAO mala) (La FAO beneficiosa es la Food and Agriculture Organization of the United Nations).

Gaia –el planeta vivo-, lo tenemos claro, da respuestas contundentes a las agresiones humanas, en este caso los “bichos” en representación de la Vida se ejercitan en ese campo minado que la FAO mala le ha puesto bajo sus patas y, allí se están haciendo cada vez más resistentes y más duchos en esa guerra tecnológica (que terminará por convertirlos en invencibles combatientes de Gaia). Esa tecnología perversa de la <<FAO mala>> conlleva en sus planes al uso de plaguicidas en dosis cada vez mayores o peor aún, a la aparición de productos con nuevas y poderosas toxinas bacterianas. Tenemos de este modo que del año 1950 hasta nuestros días se han dado varios ciclos de innovación en la producción de venenos, los cuales hace que cultivar alimentos aumente el riesgo para la salud.

¿Cuál será el resultado global? Toda esta carrera armamentista contra los “bichos” como es obvio irá incrementando los gastos, inversión y pérdidas, lo cual terminará en un punto de inflexión económica donde ese incremento empiece a incidir de manera negativa en los precios y en la economía –lo cual marcará el declive de la agricultura bélica, porque como bien señala Jane: “Hoy día no es raro que los agricultores tengan que utilizar tres veces más productos químicos que hace cuarenta años para matar los mismos insectos” y esto no es rentable ni tampoco sano para los capitalistas.

Estos razonamientos llevan al planteamiento central que hace Jane Goodall en “Otra manera de vivir” y lo expresa diciendo: “Sencillamente, no deberíamos tolerar ningún nivel de exposición a esas sustancias tan peligrosas. Algún día recordaremos este período oscuro de la agricultura y negaremos con la cabeza ¡Cómo es posible que creyéramos que cultivar con venenos era una buena idea?” Verdad que incomodísimo.com respalda y difunde para alertar a las gente sensata. La mesa está servida ¿Quiénes quieren sentarse del lado donde están los alimentos sanos y quiénes se sentarán del lado donde están los alimentos cultivados con venenos?


Herbicida más empleado en los EE.UU.

Nota: Este mata maleza es aconsejado por la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU. así como por la Organización Mundial de la Salud como un producto sin potencial riesgo para la salud de humanos, sin embargo, sigue clasificado en Clase I (severa) para exposición ocular y en Clase III para toxicidad vía inhalación o vía dérmica, también un estudio reciente, ha mostrado que las formulaciones y productos metabólicos de Roundup causarían la muerte de embriones, placentas, y células umbilicales humanos in vitro aún en bajas concentraciones, estimulando abortos. Así mismo se ha demostrado que el glifosato –químico básico de este producto- afecta a la producción de progesterona en células, lo cual lo clasifica como un disruptor endocrino que tiene efectos duraderos sobre todo el organismo, además se le asocia con el linfoma de Hodgkin, puesto que actúa sobre fases claves de la división celular lo cual lo transforma en un cancerígeno.
Lo que pasa es que los sobornos son eficaces a la hora de ocultar que estos productos también son armas de destrucción masiva (vs. Gaia), sencillamente porque reportan a los productores de esos venenos inmensas ganancias extraordinarias lo que les permite poseer inmunidad gubernamental de los países “avanzados”, pues estos tienen por prioridad las tasas de crecimiento económico (PIB/PNB). El ingrediente principal del Roundup, está clasificado por la Unión Europea, como "peligroso para el medio ambiente" y "tóxico para los organismos acuáticos". Y para el colmo de los colmos su principio inactivador goza del beneplácito de quienes lo producen, puesto que al entrar en contacto con el agua el suelo pierde su capacidad de controlar la maleza, lo cual estimula ventas adicionales para ese modernísimo producto de la revolución verde (verde dólar).
Al disminuir un 70% la biodiversidad anfibia elimina un 86% de los renacuajos e incluso a algunas especies de ranas y sapos los aniquila en su totalidad, lo cual como es obvio genera una multiplicación de los insectos y con ello más ventas de plaguicidas. Este producto al caer sobre la tierra contamina las napas freáticas, es decir, los acuíferos y corrientes hídricas subterráneas y, al asperjarse afecta a los insectos, los frutos, las hojas, lo cual entraña un peligro para los pájaros que se alimentan con esos comestibles, y afecta del mismo modo a los roedores y a las aves que los devoran, y lanzan un rocío sobre las comunidades humanas que reciben una brisa asesina con aroma de glifosato como ha sido denunciado ya en los tribunales argentinos. El Roundup –de Monsanto- es ampliamente utilizado por los agricultores en Venezuela. La verdad incomodísimo.com es que la plaga real es Monsanto, Seminis, Dupont y Dow.
 

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