Incomodísimo.com Los arcanos de la vida.
Bioquímico Mahlon Hoagland
En “Las raíces de la vida” Mahlon Hoagland (doctor en medicina de la Universidad de Harvard, presidente de la Foundation for Experimental Biology de Worcester, galardonado con la Medalla Franklin por su labor en el campo de la investigación biológica) nos lleva a las profundidades, es decir, a los más recóndito, a lo más reservado y más importante de ese fenómeno conocido como la vida. Vamos a seguirle en ese tour y vamos a enterarnos cuál es la advertencia que él nos hace acerca de los peligros que están asechando a la existencia de todo lo vivo en esas abisales distancias de la superficie de las cosas.
Explica Hoagland que todos los procesos vitales están regidos por leyes y señala lo que se entiende por ley, diciendo que es la explicación que pone orden a un cúmulo de hechos que sólo en apariencia lucen caóticos, pero que en realidad están impecablemente organizados. Mahlon Hoagland está profundamente interesado por la materia como tal y por los procesos que la rigen y, está interesado por las células y la información que éstas contienen, puesto que ambas cosas, la materia y las células, establecen un vínculo indisoluble entre ellas del cual brota en todo momento un mundo ordenado, armónico y cambiante en expansión creadora.
Sabemos que los átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y fósforo están presentes en grandes cantidades en todos los seres vivos, es decir, cinco pequeñas partículas de la materia son la base que hace posible ese maravilloso fenómeno que hace palpitar al universo, integrado entre otros seres, por las importantes bacterias, bóvidos y mujeres. Existen por supuesto otros átomos, además de este quinteto exquisito, pero su participación en la vida es irrisoria.
Sabemos también que, las células mediante su ADN-ARN posee un arcano de información tan vasto, tan intenso y tan cualitativo que es capaz de instruir a la célula de lo que debe hacer para crear una indispensable bacteria, un alimenticio bóvido o una increíble mujer a partir de esos cinco átomos y, también, de las casi insignificantes cantidades de los demás átomos que van participar en esa ingente tarea de construir esas especies encomendadas por los genes a esa modesta célula.
Mahlon Hoagland nos describe con fabulosa maestría los procesos mediante los cuales esos átomos son combinados para formar encadenamientos de moléculas, cómo un conjunto de cadenas moleculares pueden formar una estructura celular y cómo esa estructura celular puede ser la meta o bien el comienzo de otra ruta, es decir, los caminos cortos que llevan a crear seres, por ejemplo, unicelulares como una bacteria ó los caminos largos que llevan a formar seres pluricelulares complejos como una mosca.
Lo hermoso de estos caminos es que están trazados de una manera meticulosa y detallada en la información que está dentro de la célula encargada de recorrerla o como dice el autor de “Las raíces de la vida”:
Esa información instruye a la célula como disponer de sus átomos, moléculas, cadenas y estructuras en la forma correcta y esa tarea supera con creces lo que puede hacer el mejor cerebro ayudado con ordenadores.
Esa información instruye a la célula como disponer de sus átomos, moléculas, cadenas y estructuras en la forma correcta y esa tarea supera con creces lo que puede hacer el mejor cerebro ayudado con ordenadores.
¿Por qué una célula posee más información que un cerebro humano? ¿Por qué una modesta célula es inmensamente superior al mejor ser humano posible? Porque en su ADN-ARN está contenida toda la inteligencia de la vida, es decir, toda la información que se fue acumulando y transfiriendo durante tres mil quinientos millones de años –que fue cuando empezó la vida en este planeta-. Una bacteria pues está mejor informada que el cerebro de un gran biólogo sobre lo que es la vida, lo que quiere decir ni más ni menos que la información que está contenida en una célula es un arcano, es decir, un secreto que posee en su interior conocimientos profundos, recónditos e importantes de un valor inconmensurable. En síntesis, esa información es la reserva de conocimientos más valiosa que posee este planeta, es pues su mayor riqueza.
Una fracción muy diminuta de la evolución es infinitamente más valiosa que las reservas de oro de los EE.UU. obsérvese en este gráfico una de las joyas de la historia de la vida: las cianobacterias, autoras demiúrgicas del primer mundo que existió en este planeta. Ellas, las cianobacterias, solas son apenas un veintiseisavo de este esquema.
Ahora bien, qué le preocupa/angustia a Mahlon Hoagland con respecto a los arcanos de la vida. Dice este sabio o Gran Maestro de nuestros días:
Los conocimientos científicos son moralmente neutros. Los secretos de la naturaleza están ahí y los hombres y mujeres se aplican a su búsqueda. Pero la manera como la sociedad utiliza esos conocimientos raramente es neutra desde el punto de vista moral, ya que poseer conocimiento significa poder (...) y éste espolea a la humanidad en muchas direcciones, unas muy beneficiosas otras muy perjudiciales, de las segundas, es decir, de la otra cara de la moneda podemos referirnos de un modo exclusivo a un aspecto que nos atañe a los biólogos como defensores de la vida y es que el hombre amenaza las reservas mundiales de ADN contenidas en los nucleótidos, y lo hace con las radiaciones procedentes de la proliferación de ingenios nucleares, con los rayos X, con el alarmante aumento de productos químicos industriales y con la destrucción de la capa de ozono mediante los aerosoles, ya que esos inventos van oscureciendo el horizonte con mutaciones no deseables.
Esa amenaza a la gran reserva de información, de la cual dependen las instrucciones que permiten a las células dar los pasos correctos para construir los seres vivos, puede ser pues afectado al cambiar letras, palabras o frases en esos mensajes, es decir, al introducir daños en el lenguaje genético. Por esta razón, muchos biólogos contemplan con espanto la proliferación de armas nucleares, de centrales de energía nuclear y de industrias productoras de agentes mutágenos. El conjunto del ADN terrestre es un legado inconmensurablemente precioso e irremplazable, por cuanto la evolución jamás puede repetirse. El daño a la obra de tres mil quinientos millones años de evolución sería una atrocidad monstruosa, más espantosa que la destrucción de todas las grandes obras de arte que ha producido la humanidad.
EL HOMO STUPIDUS SE NIEGA A VER LAS ENTRAÑAS DE UNA "ECONOMÍA" QUE CON SUS PROCESOS PRODUCTIVOS ESTÁ LLEVANDO ADELANTE "PASO A SALTO" ALGO ESPANTOSO, ATROZ Y MONSTRUOSO CONTRA LA VIDA TERRESTRE.
Perro Senil, Alias el Pege.
Perro Senil, Alias el Pege.
3 comentarios:
Para salvar este mundo es indispensable dejar de perder el 99% de nuestras vidas tratando temas triviales y pueriles, es necesario y urgente asumir temas significativos y abordar problemas de gran escala aunque sea en un 5%
En los temas de verdadero fondo está la irresponsabilidad de la industria que incorpora sustancias altamente peligrosas en sus mercancias, por ejemplo,en los productos cosméticos abundan esos químicos nocivos y de impredecibles resultados, ese hecho culposo no sólo es criminal, es por encima de todo un acto terrorista a escala planetaria.
Armando León.
Mientras eso ocurre, los medios de comunicación centran la atención de la opinión nacional en los gobiernos, es un modo efectivo para hacer invisible a ese sector de la sociedad que contamina el aire, el agua, la tierra y la conciencia. Parece que la industria no tuviera empresas contaminantes y que las empresas no tuvieran dueños imputables de tales crímenes, es como si esa realidad no existiera, existe la contaminación sólo en abstracto.
Luis Perdomo.
Publicar un comentario
INSTRUCCIONES:
1.- Escriba en el recuadro su comentario.
2.- En "Comentar Como" seleccione Anonimo si no tiene cuenta de correo electronico de las opciones allí ofrecidas.
3.- Siga las demás instrucciones.